Presidencia de Donald Trump

22 de Enero 2017 Columnas Noticias

Señor director:

Donald Trump en el ámbito internacional ha sembrado una serie de dudas en relación a la mantención de relaciones estructurales con Europa y otros actores globales. Algunas de sus reclamaciones tienen base real, como la persistente subinversión europea en defensa y seguridad, incluso ante una activa Rusia que se mueve agresivamente en el Este de Europa y Medio Oriente. Lo mismo con la errática conducta europea en relación al tema de la migración, que no parece tener una posición clara más allá de reaccionar ante la crisis de turno.

Lamentablemente, estas situaciones de base reales, han servido para construir un discurso agresivo, que en vez de buscar resolver los problemas y fomentar la cooperación transatlántica, han llevado a una insólita “Twittpolitica” en la cual Donald Trump, por ejemplo y simultáneamente, alaba a Angela Merkel mientras critica sus políticas de manera brutal.

A priori esta situación genera una fuerte dosis de dudas. Trump es claramente el presidente norteamericano que llega con menos experticia y apoyo en política exterior en décadas. Una escena así hará chocar la impetuosidad del nuevo presidente con las grandes inercias de las líneas tradicionales de política exterior del Departamento de Estado, abriendo enormes cuestiones al respecto.

Esta ausencia de certezas será nuestra compañía inevitable por un período largo de tiempo. Por tentador que sea, los primeros errores o aciertos no nos permitirán realmente consolidar una mirada clara de la política del nuevo régimen norteamericano. Esa paciencia, al menos, tiene la tranquilidad relativa de saber que la autonomía de un presidente de los EE.UU. en política exterior está muy matizada por el Congreso, el que esperemos dará algunas cortapisas o contendrá los peores exabruptos.

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