Desde el 14 de febrero, junto con El Mercurio de Valparaíso, hemos desarrollado un interesante ejercicio histórico que consiste en reproducir, a través de una cuenta de twitter, las informaciones que publicaba el diario relativas a la guerra del Pacífico como si estuviesen sucediendo en tiempo real. Aunque muchas de las noticias son conocidas, la práctica de hacerlo de manera diaria nos permite comprender de forma más clara el ambiente que se generó en el puerto y en la capital en torno al conflicto, así como el impacto que tuvo el combate naval de Iquique en sus habitantes.

El 19 de mayo de 1879, por ejemplo, las páginas de El Mercurio de Valparaíso informaban que en Vallenar, “las señoras se ocupan de colectar fondos con el objeto de dedicar una medalla de honor al primer chileno que en el buen éxito de un combate clave nuestra hermosa bandera en el Callao”.

Ese mismo día, se produjo el embarque de un importante contingente de tropas. Los porteños fueron testigos directos de la partida de un millar de solados, destacándose, entre ellos, el batallón naval, compuesto por artesanos del puerto. Decía la crónica: “De algunas casas arrojaron flores a los navales y de muchas partes los viraban con entusiasmo (…) las calles del Puerto, y sobre todo la explanada, se veian atestadas de jente. Pocas veces habiamos visto tanto interés por los que partian”.

El día 23, antes de que el editor conociera la noticia del combate, una nota en la Crónica señalaba: “Tenemos hoi una calma completa de noticias. No corren ni bolas (Fake News), tal vez porque el público debe estar harto de ellas. Mientras tanto, todos están deseando la noticia de una agarradita cualquiera, porque dicen que es mui necesaria para avivar un poco el entusiasmo. Creemos que no ha de pasar mucho tiempo- y esta no es una gran profecía-, sin que nos lleguen noticias de algo, aun cuando mas no sea la de que la escuadra peruana sigue en el Callao”.

La profecía se cumplió el mismo día. El diario, que se publicaba al medio día, alcanzó a incluir en su sección Telegramas, las noticias entregadas por el vapor Lamar, testigo inicial del combate, pero que huyó antes de conocer su resultado definitivo.

La mirada de conjunto nos permite comprender de qué forma el combate y una gesta, como la de Arturo Prat y su tripulación, eran ansiados por los chilenos y por lo porteños, en particular. En consecuencia con esto, vale la pena leer la obra de William Sater: “La imagen heroica en Chile. Arturo Prat, Santo Secular”, en la que el autor hace la comparación con otros héroes y en la que realiza un recorrido histórico de cómo Prat fue utilizado según las necesidades políticas y económicas de la época. Respecto a lo anterior, señala Sater: “No tiene importancia que el héroe haya tenido las virtudes que le atribuían  o que incluso haya llevado a cabo los actos que le acreditan (…) Lo importante es que el héroe representa el epítome del deseo de un grupo de gente. Una nación, una sociedad, un pueblo busca a alguien que ejemplifique lo que ellos no son y quisieran ser”.

En consecuencia con esto, resulta interesante ver en el caso específico, cómo se fue gestando esa necesidad. Desde la toma de Antofagasta, el 14 de febrero de 1879, la movilización de las  tropas y movimiento de la escuadra generó una expectación en la población que se fue agigantando con el paso del tiempo. Luego de tres meses, la incipiente opinión pública estaba ávida de acciones concretas que permitieran demostrar la supuesta superioridad del soldado chileno que destacaban los diarios y castigar la “felonía” peruana y boliviana.

Fue en este contexto que una noticia como la del combate 21 de mayo no solo era esperada con ansiedad, sino que, una vez conocido el detalle de los hechos, superó todas las expectativas y le entregó una nuevo impulso a la guerra.

Los chilenos no se encontraron con Prat, sino que hace meses lo buscaban. Su gesta los hacía partícipes de las grandes hazañas que solo se conocían a través de los libros de historia. Eso permitió que la derrota de la Esmeralda frente al Huáscar fuese transformada en una victoria moral que entregó las energías suficientes para continuar y ganar la guerra.

Publicada en El Mercurio de Valparaíso.