Nueva Zelandia, aparece en todos los informes de la OCDE, como el Estado más Eficiente en la Gestión de sus Recursos. Una comisión del Centro de Estudios Públicos (CEP), la visito para tomar como ejemplo, en la elaboración de una propuesta de modernización en la Gestión del Estado en Chile.

Uno de los hallazgos relevantes, es que en los últimos 35 años, la Gestión Eficiente de los Recursos del Estado ha sido un objetivo

País, independiente de gobiernos Laboristas o Conservadores. Cada repartición del Estado, tiene indicadores de Eficiencia, claros, públicos y con objetivos de mejora continua, independiente del Gobierno de turno. De esta forma han separado la evaluación de la Ejecución Eficientemente del Gasto de los Recursos del Estado y la evaluación del Diseño e Implementación de Políticas Públicas. La segunda es de exclusiva responsabilidad del Gobierno de turno, la primera es básicamente responsabilidad de La Administración del Estado. Desde luego que una mala Política Pública o una buena mal implementada, impactarán negativamente en las cuentas nacionales, pero no será por una deficiencia de ejecución del gasto, sino por un error de definición/ implementación.

En Chile, ambas evaluaciones se entremezclan, e inclusive se llegan a plantear como contrapuesta la “Gestión Eficiente del Gasto de los Recursos Públicos” vs. “Buenas Políticas Públicas”.

A nivel de Empresa, tendemos a generar la misma confusión, sin distinguir correctamente, entre la “Gestión Eficiente de Recursos” y la evaluación de la “Definición de la Estrategia y su Implementación”. La “Gestión Eficiente de Recursos”, debe ser funcional a “toda Estrategia” y ambas coexistir, cada una con sus indicadores, los que nunca se contraponen.

El éxito pleno se alcanzara por la conjunción de las dos y no solo de una de ellas.