Morfina

30 de Agosto 2021 Columnas

La dosis suministrada ha tenido dimensiones colosales: entre retiros de fondos previsionales y ayudas entregadas por el gobierno, desde el inicio de la pandemia han ingresado a los bolsillos de los chilenos más de 70 mil millones de dólares. Como era esperable, el país ha liderado el crecimiento del consumo a nivel mundial, con quiebres de stock en automóviles, materiales de construcción y vacantes laborales que no logran llenarse, entre algunos de los efectos de esta realidad inédita.

El detalle, el pequeño problema, es que esta situación es tan artificial como insustentable: la gente no va a volver a recibir un flujo de recursos de esta magnitud en un lapso de tiempo semejante nunca más. De hecho, si el Congreso diera el vamos a un cuarto retiro del 10% de los fondos previsionales, más de cuatro millones de personas, los más vulnerables, simplemente ya no tendrían recursos a que echar mano. Pero, al menos, el gobierno decidió mantener su programa de ayudas fiscales hasta noviembre y no es descartable que algunas continúen hasta el final de su mandato. Total, desde el inicio de la pandemia, la oposición no ha dejado de quejarse de que los recursos entregados por la autoridad son insuficientes. Mal podría venir ahora a cuestionar al gobierno por abrir la llave hasta el fondo, sin importar la magnitud del déficit fiscal y de la deuda pública que dejará como herencia a sus sucesores.

Es cierto que los chilenos lo han pasado mal con la crisis económica generada por el estallido social y la pandemia, pero la enfermedad habría tenido dimensiones mucho peores si no hubieran existido estas cuantiosas cantidades de “morfina” directa a la vena. La pregunta políticamente relevante es entonces qué pasará cuando finalmente la droga se acabe, cuando ya no exista una cantidad de recursos disponible ni de cerca semejante a lo que se ha inyectado durante este período. Hoy, pensar que el país pueda retornar a algo parecido a la responsabilidad fiscal en el corto o el mediano plazo es un simple sainete de humor negro.

El drama es que no va a quedar otra que cerrar la llave porque los recursos simplemente no dan para más. El final de esta verdadera orgía financiera será sin duda un durísimo despertar para mucha gente, un estrellón contra el muro de la realidad que con seguridad va a tender a profundizar los malestares, las broncas y tensiones que Chile ha estado viviendo en el último tiempo. En un cuadro donde, además, no existen elementos de contención institucional, ni confianza ni legitimidad en los actores públicos.

El problema con la droga es que la gente se acostumbra rápido, que genera dependencia y los síntomas de deprivación cuando finalmente se acaba son siempre dolorosos. En este caso, el flujo de morfina ha sido tan enorme como irrepetible y la cuenta va a salir muy cara. Lo que no está claro aún es quién, cuándo y cómo tendrá que pagarla.

Publicada en La Tercera.

Contenido relacionado

Redes Sociales

Instagram