Me dueles, Chile

30 de Mayo 2016 Noticias

Cuando todo ha decantado ya, cuando las multitudes enardecidas se han pronunciado respecto de los leones, del joven que irrumpió en la jaula, del procedimiento utilizado por los funcionarios de Zoológico Metropolitano, cuando las autoridades han dicho las palabras políticamente correctas y los psiquiatras han realizado sus diagnósticos, el hecho comienza a olvidarse y a formar parte de las curiosidades chilenas, creo que ya es tiempo de poder analizar lo ocurrido.

No todos nos encontramos en el espectro del olvido: para nuestra sociedad es fundamental el recordar. Todavía existimos personas que seguimos pensando en un joven perturbado mentalmente que creyó en las Sagradas Escrituras e invocó a su Dios para que le salvara de las fauces de los leones, tal como le sucedió a Daniel, el profeta. Me duele muy profundamente esa gran fracción de Chile que no es capaz de comprender esto: ¿no serán ellos, los indolentes frente al sufrimiento humano, frente a la pérdida del juicio, frente a la locura de un joven a quien por salvarle la vida deben sacrificar a dos bestias, los que realmente necesitan de nuestro auxilio y compasión? Me dueles, Chile. Me duele en lo más hondo cada uno de los comentarios que he leído a través de las redes sociales o en portales de noticias donde se responsabiliza a Franco Ferrada de la muerte de los animales, sin entender que es una persona que tiene la percepción de la realidad trastocada. Me duele inmensamente que nuestro país no se responsabilice por la gran cantidad de personas que padecen enfermedades mentales: ni el Estado asume su cuidado, menos el Gobierno, ni tampoco nosotros, los ciudadanos de a pie. ¡Cuánto me duele la indiferencia, el estigma y la ignorancia!

Desde el 2015, el 21 de mayo se ha teñido de un nuevo color en nuestro país: ya no es el día en que se conmemoran las Glorias Navales ni a nuestros héroes de Iquique, así como tampoco una fecha de escuchar anuncios y balances en una nueva cuenta pública, o bien el día en que hay destrozos por parte de algunos encapuchados. Desde el año pasado, los 21 de mayo tienen nuevos nombres en mis labios a los que seguimos sumando dolor: Rodrigo Avilés, Franco Ferrada, Flaquita y Manolo, Eduardo Lara.

Quizás, solo quizás, si en Chile no imperase un clima de violencia como el que estamos viviendo hoy, si los jóvenes no salieran a manifestar a las calles por lo que consideran justo para ellos y para los que vendrán, a la lista anteriormente expuesta podríamos restarle el primer y último nombre. Y si por fin las autoridades correspondientes se hicieran cargo de una vez por todas del gravísimo problema de salud mental que aqueja a nuestro país, que grita por una solución, esta columna podría tratarse de un impecable desfile de las Fuerzas Armadas o del discurso presidencial y no del profundo dolor que siento por mi país.

Contenido relacionado

Redes Sociales

Instagram