Larger than life: André Leon Talley (1948-2022)

27 de Enero 2022 Columnas

A los 73 años ha muerto en Nueva York el periodista y editor André Leon Talley, “una fuerza sin igual en el mundo de la moda, brillante, feroz” como Darren Walker, presidente de la Ford Foundation y amigo cercano, afirmase al anunciar su fallecimiento. Talley se había transformado en una de las caras más reconocibles de Vogue, una imagen que se popularizó aún más debido al documental September Issue, en el que se lo retrataba formando parte de la tríada integrada además por Anna Wintour y Grace Coddington. No obstante, para quienes no tenían mayor familiaridad con la industria del diseño, su sofisticado intelecto y humor se vio quizá ensombrecido frente al protagonismo de estos otros personajes planetarios.

La importancia alcanzada por Talley a lo largo de su carrera es difícil de conmensurar. Solo el paso del tiempo nos permitirá tener claridad sobre el papel que desempeñó en la escena cultural del pasado reciente. Sin embargo, ya logramos aventurar, fue decisivo. Se trató de un personaje sin parangón: un hombre de orígenes humildes —criado por su abuela, quien dedicó su vida a limpiar las aulas de la elegante Universidad de Duke—, ilustradísimo, de casi dos metros de altura, volumen imponente, afroamericano y gay. En una sociedad espantosamente segregadora, estos eran perjuicios con los que tuvo que lidiar y de los que tenía plena consciencia por sus diferencias con las élites blancas dominantes. Así, hace solo algunos años, entre sollozos recordó el tipo de apodo racista con el que lo llamaban en el ambiente parisino hacia 1970, “Queen Kong”. Pero este doloroso episodio, a su vez, lo transformó en una figura activista que permitió conquistar espacios hasta entonces inimaginables para quienes cuyo color de piel no fuese el del fenotipo caucasoide. Una protegida y beneficiada a este respecto fue, ni más ni menos, que Naomi Campbell.

Talley, quizá por la necesidad instintiva de compensar esas (hasta hace no tan poco) malentendidas desventajas, descolló por su saber enciclopédico sobre la historia de la moda, erudición facilitada, acaso, por su notable formación en literatura francesa adquirida en la prestigiosa Universidad de Brown. Su cercanía con Francia fue siempre estrecha. En 2020, el gobierno galo lo nombró Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, el más alto reconocimiento a su trayectoria y, asimismo, a su extenso impacto en el campo de la creación artística en un sentido general.

Un demócrata hasta la médula, Talley asesoró a la familia Obama desde su llegada a la Casa Blanca. Incluso, fue quien estuvo detrás del hoy por hoy mítico vestido de gasa de seda blanca bordada, diseñado por Jason Wu, que Michelle Obama usó en el baile inaugural cuando su marido asumió la presidencia por primera vez en 2009. Una anécdota también ligada a sus inclinaciones políticas, de la mano de la industria en la que trabajó durante cinco décadas, fue un enérgico intercambio de opiniones con Vera Wang. Fue en los tiempos en que George W. Bush lideraba el gobierno de los Estados Unidos, la Guerra de Irak apenas comenzaba hace unos años y el huracán Katrina había devastado New Orleans. “Ha sido una semana muy triste. Hasta ahora, ha sido una racha triste aquí en los Estados Unidos”, dijo con cierta molestia, mirando a la diseñadora. Y, acto seguido, añadió con vehemencia: “¿Sabes qué? ¡Es la hambruna de la belleza, querida!… ¡Mis ojos están hambrientos de belleza!”. Encontrar esperanza en la belleza —defender el inclaudicable placer de lo bello— será quizá el legado imperecedero de André Leon Talley.

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