La importantísima segunda pelota

22 de Mayo 2017 Columnas Noticias

En jerga futbolística, se le suele llamar segunda pelota a la jugada que viene a continuación de algún tiro o cobro cuyo desenlace no ha sido definitivo. Es decir, es una jugada que depende del resultado de la primera. Hay que estar bien parado para aprovecharla. Desentenderse de la segunda pelota es un error característico del fútbol amateur. En política pasa otro tanto.

Cuando las elecciones no arrojan resultados definitivos hay que estar bien parado para aprovechar la segunda pelota.

Ese pareciera ser el juego de varios en la escena nacional.

Piñera tiene la elección más o menos cocinada. Pero hay mucho más en juego. Por primera vez tendremos elecciones parlamentarias sin binominal. Nadie sabe a ciencia cierta cómo quedará ordenado el naipe del poder a partir de marzo del 2018.

Entre otras cosas, algunos analistas han profetizado que las coaliciones, de ahora en adelante, se armarán después de las elecciones y no antes.

Por eso es importante ponerle el ojo a la segunda pelota.

Esa puede ser una clave para entender la tenacidad de Marco Enríquez-Ominami que acaba de inscribir su tercera candidatura presidencial. Su primera intentona estuvo cargada de una irresistible frescura hedonista. A estas alturas parece vía crucis.

ME-0 sabe que sus posibilidades son inexistentes, pero entiende que no puede alejarse mucho del arco mientras la pelota siga en movimiento. Aunque saque 4 puntos, debe rentabilizarlos de alguna manera. Lo mismo puede decir Carolina Goic y la DC. La primera vuelta es un centro llovido que puede caer en cualquier lado. Ahí se verá qué conviene hacer. Pero las prevenciones hay que tomarlas con tiempo. El que anda paveando en el círculo central no aprovecha la segunda pelota. Hay que saber dónde uno quiere estar cuando el balón quede picando en el punto penal.

Si no le gusta la jerga futbolística, llámelo el plan del día después. Así, por ejemplo, la precandidatura presidencial de Felipe Kast hace mucho sentido. Lo que le importa no es ganar ahora sino quedar legitimado para conducir la renovación generacional de la derecha. Lo de Ossandón es menos claro pues parece estar dinamitando puentes en lugar de construirlos. Le sacó la vista a la pelota. Está mirando las canillas del rival. La segunda pelota del Frente Amplio no es para Beatriz Sánchez. Ella está sacando el centro. El cabezazo ganador está planificado para cuando Boric o Jackson se arrimen al área chica. Las políticas de alianzas, por tanto, quedan supeditadas a la segunda pelota.

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