La derecha cavernaria según Vargas Llosa

1 de Octubre 2017 Columnas

Después de la semana de estrellato de Michelle Bachelet en Naciones Unidas, para no ser menos Sebastián Piñera también tuvo sus días de brillo internacional. Se reunió con el ex presidente estadounidense Barack Obama y recibió un premio -por su “defensa de la democracia y libertad”de manos del Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa. La señal que envía el piñerismo es que su candidato también tiene estatura global.

Lo que no calza enteramente bien es que tanto Obama como Vargas Llosa promueven posiciones políticas que se distancian de la derecha chilena. Obama es un líder progresista mientras Chile Vamos se parece mucho más al partido republicano, sus furibundos opositores. Por su parte Vargas Llosa es un liberal de tomo y lomo. En ese registro le dedicó duras palabras a esa “derecha cavernaria” que “no entiende lo que son los Derechos Humanos”, a propósito de su rechazo al aborto. Por de pronto, no puede ser liberal una derecha que legisla de tal manera despejando el asunto que levantó Felipe Kast durante la primaria.

Sin embargo, es esa “derecha cavernaria” la que acompaña la candidatura de Piñera desde la Cámara de Diputados y el Senado. Prácticamente todos los congresistas de Chile Vamos votaron en contra de las tres causales excepcionales de legalización del aborto que promovía el oficialismo. Es decir, Vargas Llosa galardona a Piñera pensando que se trata de un gobernante liberal, pero Piñera no cuenta con liberales entre su base parlamentaria. No sólo eso: él mismo se opuso al proyecto. Piñera es, por extensión parte de la derecha cavernaria según Vargas Llosa.

Lo interesante es que el votante promedio de Piñera es menos conservador que los representantes oficiales del sector y que el propio candidato.

Pero son pragmáticos y tienen sentido de las prioridades: lo que les importa es el crecimiento, el empleo y la situación económica-social. Piñera promete aquello. Por ende pasan por alto sus desvarios filo-evangélicos. A fin de cuentas, la agenda “valórica” avanza lento, pero avanza. Es difícil detener el curso de ciertas transformaciones culturales. A falta de un líder auténticamente moderno y liberal para la derecha chilena, buenos son los Piñera para meterle leños a la locomotora del estado y volver a echar a andar la máquina de la economía.

No hay engaño en ese razonamiento. Lo que sí resulta un poco contradictorio es seguir asociándose al prestigio de figuras internacionales que han ganado su prestigio -en parte- por defender causas que Piñera y la derecha actual combaten.

Publicado en Las Últimas Noticias.

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