La reciente entrega de la encuesta CEP, cuyo trabajo de campo fue realizado después del estallido de octubre, permite hacer un análisis que ha estado ausente en el debate público. La encuesta CEP hace de Chile el único país en la región donde se cuenta con información respecto a las percepciones y preferencias de la ciudadanía en un contexto histórico. Tanto su trabajo de campo, como los cuestionarios de la CEP, son de calidad comparable a la existente sólo en las democracias más avanzadas. Más aún, el que el CEP entregue toda la información relevante de su encuesta, permite que se puedan realizar análisis en perspectivas predictivas.
El efecto más importante de esto, es que permite escrutinizar no sólo como se han ido modificando las preferencias de la ciudadanía, sino que también los efectos de las estrategias de los políticos en estas dinámicas. En concreto, esta CEP nos permite entender mejor el contexto en que se dará la competencia electoral hasta el 26 de abril, cuando se decidirá el posible cambio de constitución, así como la conformación de la orgánica (Asamblea electa en su totalidad o mixta) en caso de ganar el “Apruebo”. Esto último es lo más importante que resolvió la CEP: el apoyo a la reforma constitucional es tal, que la probabilidad que gane el “Rechazo” es prácticamente nula. De hecho, salvo la posibilidad que la violencia impida la realización del plebiscito de abril, no se avizora la emergencia de algún evento que varíe esta predicción.
La importancia de información permite entender y predecir las conductas de los principales actores políticos (la CEP sujeta a las restricciones de la estadística), y; se puede argumentar que en la coyuntura actual, las preferencias ciudadanas explican las posiciones adoptadas a favor del “Apruebo” por parte del candidato mejor aspectado para la presidencial 2021 (Lavín), del presidente del partido más importante (electoramente) del país (Desbordes, RN), de uno de los candidatos de ese mismo partido (Ossandón, los otros dos que originalmente tambien se habían manifestado a favor, cambiaron de posición) y prácticamente todo Evopoli. Pero lo más relevante es que permite explicar y predecir al actor de mayor incidencia política en el Chile de hoy: el Presidente Piñera.
La nitidez de esta CEP en cuanto al apoyo ciudadano a una nueva constitución y a la democracia, como a la desaprobación de prácticamente a toda la clase política, permite plantear que el Presidente intensificará sus esfuerzos por alinearse con la ciudadanía en esta coyuntura: la más importante de las últimas décadas.
Debe recordarse que el Presidente Piñera es un experto en encuestas y que tal como lo hizo con gran éxito en sus actividades económicas; privilegia la información como variable competitiva. Más aún, que es capaz de asumir mayores riesgos que sus competidores, basado en estrategias que contemplan el uso de información electoral y la mayor autonomía que siempre privilegia para poder adaptarse a las realidades de las dinámicas en las percepciones y preferencias del electorado. Recuérdese cuando abandonó su campaña senatorial en 2001, así como cuando entró a la competencia presidencial en 2005, además de ser el único de su sector en ser electo Presidente con mayoría absoluta en casi un siglo.
En sintesis, la CEP terminó con la incertidumbre que introdujeron los partidarios del “Rechazo” (particularmente Carlos Larraín y J.A. Kast) y que llevó a dos precandidatos presidenciales RN (Allamand y Chahuán) a modificar su postura desde el “Apruebo” al “Rechazo” (quienes salvo que giren nuevamente serán castigados electoralmente). Permite explicar las decisiones del Presidente desde noviembre, cuando abandonó su estrategia anterior, y; lo más relevante: permite predecir que desde la presidencia y la mayor parte del ejecutivo se irán alineando con las preferencias ciudadanas a favor del “Apruebo”, con las consecuencias que tal estrategia introducirá.
Publicado en Emol.