Hay que romper el chanchito

17 de Marzo 2020 Columnas

Las justificadas medidas de prevención del contagio de COVID-19 dispararon un cohete al corazón de la economías modernas; basadas en división del trabajo, intercambio y contacto en ciudades. Muy posiblemente tengamos un trimestre o más con crecimiento negativo del PIB en la mayoría de las economías del mundo, además de nuestra reducción de actividad.

Este proceso debiera ser transitorio, aunque quizás no sea tan corto. De hecho la Epidemia de 1918 que también llegó a Chile tuvo varias olas, no sólo una. Pero incluso si dura más tiempo no estaríamos hablando de un giro permanente. ¿Que cosas mirar en lo económico? Más allá del control de la Pandemia, hay que tener la mirada fuerte en lo que es la reactivación del sector construcción en China. Es el mismo que nos ayudó en la crisis de 2009, porque es el sector más grande del mundo y el que tira gran parte de nuestra  industria minera. Obviamente, también hay que mirar que esto no se nos transforme en una crisis financiera internacional. Pero por ahora no se ve tan probable. Por otro lado, creo que los mercados financieros y todos los países industrializados van a estar más tolerantes a la deuda.

¿Y que se puede hacer desde lo económico? A diferencia de otras crisis, acá el tema no es solamente un problema de demanda Keynesiano que se debe llenar de alguna manera, ya sea con política fiscal o el acotado arsenal monetario. También hay un problema de producción, porque aunque le entregue recursos a las personas, no es obvio lo vayan a salir a gastar si no hay oferta, sobre todo en ciertos servicios y sobre todo en las semanas donde la actividad no esencial cierra, tal como vimos en Italia o España. Sin embargo, de todas formas hay un enorme rol para la política fiscal en términos de ofrecer una red de protección, que mitigue las caídas libres de las familias, además de facilitar el cumplimiento de las cuarentenas entre quienes no tienen un sueldo asegurado. No para que haya más demanda agregada, sino para proteger a las personas y las empresas de que un shock transitorio se les vuelva permanente.

Estoy hablando de un paquete de crisis de un par de puntos del PIB, que ofrezca cierto apoyo de ingreso a las personas y facilidades de liquidez  para los empleadores. Lo importante es que no se destruyan empleos innecesariamente y que las familias estén protegidas con cierto ingreso extra cuando se cae la actividad. Afortunadamente en Chile la crisis nos pilla con recursos en el Fondo de Estabilización, que es justamente para usar en estas situaciones. Por cierto, a diferencia de los países más industrializados, al menos un tercio de nuestros trabajadores están ya sea en el autoempleo o sin contrato. Por eso, las medidas no sólo tienen que apuntar a dar facilidades a empresas, sino también complementar con  transferencias focalizadas, aunque no en extremo. El chanchito ahorrado es para abrirlo en estos momentos, en medidas transitorias.

Publicada en La Segunda.

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