¡Es el planeta en que vives, estúpido!

29 de Septiembre 2019 Columnas

No se trata de subirse al carro de la victoria ni de transformarse de la noche a la mañana en ambientalista. Pero de que la activista sueca Greta Thunberg, con su lucha en contra del cambio climático, ha remecido la política mundial y a la ciudadanía urbi et orbe, no hay duda.

Tiene 16 años, es apenas una niña. Es mujer, además, lo que probablemente no le causa mayores diferencias en el mundo desarrollado, pero en nuestras latitudes es un gap a sortear. Y tiene Asperger, según ella misma lo ha reconocido. Todas, características que han permitido que sus detractores la ninguneen, partiendo por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y sus irónicas palabras en Twitter hacia la activista.

Pese a todo lo anterior, los medios la han denominado como una “guerrera ambientalista”, nominación que le queda como anillo al dedo: La fuerza que tienen sus palabras y la convicción con la que las pronuncia, han despeinado hasta al menos ecologista de los humanos. Además, la visible rabia con la que enfrentó esta semana a los mayores líderes del mundo –reunidos en Nueva York a partir de la Cumbre del Clima de la ONU-, la convirtieron en tema obligado. Ya sea para apoyarla o denostarla.

Con la Estatua de la Libertad como fondo, Thunberg emplazó a los jefes de Estado a actuar aquí y ahora por la grave situación medioambiental que, de acuerdo a sus palabras, le ha robado la infancia y los sueños a su generación.

Entre los interpelados estaba el Presidente Sebastián Piñera, quien por cierto tuvo una relevante participación en la cumbre, al liderar el compromiso de 66 países en torno a alcanzar la neutralidad en las emisiones de carbono para el año 2050. La alianza de los países firmantes fue anunciada por el Mandatario, en el marco de los preparativos para la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, COP25, que se realizará en Chile en diciembre.

Allí, además, Piñera tuvo un breve encuentro con Thunberg –en el foro Blue Leaders-, a quien invitó formalmente para que visite nuestro país y participe de la reunión internacional a fin de año. Aunque ella ya lo había anunciado antes de ser convidada.

En cualquier caso, más allá de las declaraciones y buenas intenciones, lo cierto es que el liderazgo mostrado por Piñera en Norteamérica y su acercamiento a Greta, no serán fáciles de materializar, sobre todo considerando que Chile es un país que históricamente ha estado al debe en este tema.

Porque en la práctica, somos una nación que vive una tremenda crisis y que, sin embargo, no ha tomado medidas agresivas para paliarla. Así, todavía un 40% de nuestra matriz energética depende del carbón, según lo advirtió la propia ministra de Energía, Carolina Schmidt. Además, hemos sido incapaces de validar una matriz alternativa viable, pese a que esta ha sido usada como slogan desde el gobierno de Ricardo Lagos, a inicios de siglo.

La misma falta de previsión y proactividad se verifica en la crisis hídrica que vive gran parte del país, incluida la Región de Valparaíso. Pese a la gravedad de la situación, aún no hay políticas públicas de fondo que miren a futuro, solo parches. Tampoco las hubo antes, de manera preventiva, considerando que hace años se sabía que esta situación se convertiría en un drama en el corto plazo.

Peor aún. Como ciudadanía tampoco estamos entendiendo la importancia de lo que sucede. De acuerdo a la encuesta CEP de mayo pasado, el medioambiente apenas aparece en el decimosegundo lugar entre los mayores problemas del país, ubicándose entre las cinco dificultades menos relevantes para los encuestados, junto con DD.HH., inmigración y reforma constitucional. Claro, esta consulta fue pre-Greta y posiblemente ahora los números serían algo distintos.

Desde este punto de vista, cobra importancia el anuncio del presupuesto de la Nación para 2020, donde Piñera le dio relevancia a la descarbonización de la matriz energética y su reemplazo por fuerza solar, de viento y de las mareas. El Mandatario, también anticipó medidas en torno a combatir la sequía, a través de la construcción de 26 embalses, haciendo frente así a una necesidad que debió haberse solucionado mucho antes. Pero más vale tarde que nunca, reza el dicho.

“La gente está sufriendo. La gente se está muriendo. Ecosistemas enteros están colapsando. Estamos en el comienzo de una extinción masiva”, dijo duramente Greta Thunberg, interpelando a los líderes mundiales en la ONU. Lo único que le faltó a la adolescente fue parafrasear la campaña de Bill Clinton y decirles: ¡Es el planeta en que vives, estúpido!

Publicada en El Mercurio de Valparaíso.

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