Equidad, covid-19 y lo local
Victoria Valdebenito
Equidad es un término multifacético y debatido que puede adquirir múltiples definiciones. En los estudios de políticas educativas, se ha determinado en primer lugar como aquel sistema que otorga igualdad de oportunidades al inicio del proceso. Esta acepción ha sido la más utilizada en políticas educativas chilenas en el último tiempo. Por otro lado, una segunda designación considera como equitativo a aquel sistema que otorga recursos desiguales para compensar desventajas del inicio, lo que se traduciría en resultados más equitativos al finalizar el proceso educativo, y ha sido descrito como tratar a los desiguales de manera desigual (Vidovich, 2013), siendo ésta la significación menos usada en política pública.
Por otro lado, el coronavirus en términos fisiológicos y sociales ha sido descrito como una pandemia aparecida en la ciudad de Wuhan, Hubei en China en diciembre del año pasado y propagándose a un paso acelerado. Se trata de un virus, denominado SARSCoV-2, que comparte una identidad de secuencia del 88% con dos coronavirus encontrados en murciélagos, batSLCoVZC45 y bat-SL-CoVZXC21, 79% identidad con el coronavirus del Síndrome Respiratorio Agudo Severo y 50% de identidad con el coronavirus del Síndrome Respiratorio del Medio Oriente (Lu et al. 2020). A partir de su rápida propagación los gobiernos han generado diversas medidas para detenerlo, generando de paso miedo e incertidumbre en los ciudadanos de un mundo globalizado, afectando a diversos grupos de manera desigual.
Sin embargo, al analizar estos hechos considerando la historia moderna del capitalismo neoliberal patriarcal, es posible observar que no es el coronavirus el problema más grande. Nuevamente se traduce a un resultado de los modos de producción y a la manera en cómo se distribuye este peligro, acorde con las inequidades predominantes en la sociedad. Así, las poblaciones más afectadas, menos preparadas, quienes no pueden hacer cuarentena por tener que salir a trabajar para sobrevivir el día a día, son los sectores socioeconómicos desaventajados, a quienes las crisis económicas derivadas de esta falta y falla del sistema ideológico de estructuración social predominante afecta hoy, y a quienes mañana sacudirá más brutalmente.
Como lo ha hecho el movimiento social en Chile desde octubre del 2019, y en otras partes del globo, esta epidemia nuevamente hace ver lo inevitable: es claro que requerimos de nuevas formas de organizarnos. Y en un contexto de cuarentena, donde las formas tradicionales de organización social se ven afectadas, tenemos que ser creativos. Partamos entonces por los entornos locales, creando generosidad, hablando con el vecino, usando menos el celular, y comunicándonos con quienes están a nuestro alrededor inmediato.
Hablemos de como pensamos que debiese ser una sociedad más equitativa donde todos tengamos derecho a vivir y disfrutar del mundo en el que hemos nacido. Conversemos de como proteger a los más desposeídos. Sumemos mentes. Ya nada es imposible. La vida animal volvió la semana pasada a los canales de Venecia.
Publicado en Le Monde Diplomatique