En sus marcas, listos, ¡Ya!

30 de Agosto 2021 Columnas

“Va dividida la izquierda, va dividida la centroizquierda y va dividida la derecha”, puntualizaba a inicios de esta semana el exministro Francisco Vidal, a propósito del triunfo de Yasna Provoste en las primarias de Unidad Constituyente y haciendo alusión al líquido escenario que se prevé para las elecciones de noviembre.

Así, a partir de la inscripción formal de las candidaturas ante el Servicio Electoral el lunes 23, el mapa político se visibilizó en su totalidad, logrando cerrar el registro con siete postulantes instalados en la carrera: José Antonio Kast (PR), Sebastián Sichel (UDI, RN, Evopoli y PRI), Yasna Provoste (DC, PS, PPD, PR, PL y Nuevo Trato), Marco Enríquez-Ominami (PRO), Gabriel Boric (FA y PC), Franco Parisi (Partido de la Gente) y Eduardo Artés (Unión Patriótica). Y aquello sin considerar a unos 20 más que –según puntualiza la prensa- no lograron el cometido.

Con una dispersión brutal y el escenario muy líquido, el reto en común de los abanderados será cómo montar un relato y una narrativa que motiven y convenzan a una ciudadanía en extremo desconfiada del mundo político, donde además no hay cartas echadas ni carreras ganadas, pero sí varios desafíos:

Nuevo Pacto Social. El cambio de nombre –ex Unidad Constituyente-  no será suficiente para convencer a los votantes de que no son una receta añeja y además en gran medida culpables de los males que estallaron el 18O. El difícil reto estará precisamente en buscar un relato que les permita sobresalir frente a una izquierda fragmentada en múltiples opciones. ¿Cuál será el eje diferenciador de Provoste en contraposición a Boric y Marco Enríquez-Ominami? ¿Cómo se planteará ante el FA y el PC, mientras se disputa el centro con Sichel y arriesga perder, de paso, al votante socialista? ¿Será capaz de pasar a segunda vuelta?

 FA y PC. Si para Provoste su lugar en el mapa político es más parecido a un pozo de arenas movedizas que a otra cosa, para Gabriel Boric el panorama no se ve mucho más despejado. Aun cuando en las encuestas figura en la pole position de la izquierda, hay que ver qué sucede ahora que Provoste está derechamente en el horizonte. Para la primaria, Boric se vistió de centroizquierda, pero está por verse qué ropajes se pondrá en esta ocasión. Ahora que dejaron de ser “la novedad” de 2017, ¿será el pacto con los comunistas la tabla que les permita superar el 20% y pasar a segunda vuelta?

Chile Podemos más. Al igual que la exconcertación, el cambio de nombre –para diferenciarse del actual gobierno- no será suficiente para convencer a los votantes. Queda en el aire cuál será la estrategia para que Sebastián Sichel genere una apuesta de valor frente a José Antonio Kast que le permita convocar a la UDI, de manera de evitar la fuga de votos hacia el Partido Republicano. Está por verse también cómo le resultará a Sichel su apuesta por mostrar liderazgo en su coalición, con este primer intento que pretende ordenar a sus parlamentarios en torno al rechazo de un nuevo retiro del 10%.  El paso a segunda vuelta en este caso parece más o menos despejado, la duda es si logrará superar el 36% de los votos obtenidos por Piñera en 2017 o José Antonio Kast le restará más respaldo.

Los outsiders. Aunque Diego Ancalao y Gino Lorenzini quedaron fuera de carrera -el primero tras la vergonzosa y repudiable presentación de 23 mil firmas avaladas por un notario fallecido desde febrero y el segundo, por no cumplir con los requisitos de la Ley Antidíscolos-, los outsiders marcarán la primera vuelta de noviembre. En una repetición ya trillada, Marco Enríquez-Ominami no podrá mostrarse como la renovación de la política, mientras José Antonio Kast está en una posición cómoda, en la que –si genera una campaña potente- podría restarle votos a Sichel a partir del votante UDI, superando el 8% obtenido en 2017. Más lejos, Franco Parisi y su “partido de la gente”, utilizará el descontento ciudadano y el estallido del 18O para intentar posicionarse y superar su 10% de votación de 2013. Mientras, Eduardo Artés repetirá la fórmula de 2017 con su posición de izquierda ultra y algo caricaturesca.

Independiente del sector político, lo cierto es que la volatilidad y lo líquido de la campaña electoral para estas presidenciales 2021 darán un toque de nerviosismo y expectación a esta elección, en la que quienes quieran hacerse del sillón presidencial deberán demostrar no solo creatividad, sino por, sobre todo, un bien en extremo escaso en estos días de candidaturas independientes y rechazo a los partidos: gobernabilidad.

Publicada en El Mercurio de Valparaíso.

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