En los últimos años
Graciela Muniz
La población mundial está envejeciendo. En los últimos años, debido al aumento de la esperanza de vida y la baja de la natalidad, la proporción de adultos mayores en la sociedad ha aumentado considerablemente. Estos cambios repercuten en varias esferas de la sociedad. Al vivir más, los adultos mayores tienen mayor riesgo de deterioro físico y cognitivo, dos procesos que tienen efectos negativos a corto y largo plazo en quienes los viven, sus familias y allegados, y también en instituciones proveedoras de servicios de salud, cuidado y seguridad social. Especialmente la perdida de la salud cerebral es de gran preocupación para los individuos, ya que puede tener consecuencias devastadoras cuando el deterioro llega a extremos como en el caso de la demencia.
Entonces, dada la importancia de la preservación de la salud cerebral, la pregunta que surge de manera inmediata es “¿hay algo que podamos hacer nosotros, como individuos, para que nuestro cerebro se mantenga saludable?”. A pesar de que la respuesta a esta pregunta sigue siendo parcialmente elusiva, investigadores de la Universidad Adolfo Ibanez asociados al grupo BrainLat, están aunando esfuerzos para generar conocimiento que permita el acercamiento a esta respuesta.
Por ejemplo, miles de estudios de poblaciones de adultos mayores europeos y norteamericanos reportan que la educación, el ejercicio físico, la estimulación cognitiva y el consumo de una dieta saludable son, entre otros, factores de protección de la salud cerebral. Asimismo, características del contexto social y ambiental en el que viven los individuos a lo largo de la vida, tales como la polución, el estrés, el abuso y la violencia son también factores que influyen negativamente en la salud cerebral de los adultos mayores. Podría pensarse que los resultados de las investigaciones foráneas pueden extrapolarse directamente a las poblaciones locales. Sin embargo, es altamente probable que los adultos mayores latinoamericanos hayan sido expuestos a otros factores de riesgo o a niveles distintos de estos mismos determinantes sociales de la salud a los que fueron expuestos los adultos mayores de poblaciones más ricas, que además han tenido experiencias de vida distintas a la de nuestros adultos mayores. Por tanto, la investigación especifica de los determinantes sociales de la salud cerebral en las poblaciones latinoamericanas se torna imprescindible. Sobre todo, este conocimiento se vuelve un insumo esencial para el diseño de guías y recomendaciones específicas sobre cambios en el estilo de vida que conlleven a una reducción en el riesgo del deterioro de la salud cerebral en nuestras poblaciones. Los investigadores de BrainLat están además investigando maneras de maximizar la eficacia de estas recomendaciones, ya que hay un reconocimiento de que para que las recomendaciones sean adoptadas de manera sustentable deben ser adecuadas al contexto individual, familiar y social en el que están inmersos los individuos.
El esfuerzo y entusiasmo del grupo de investigadores de BrainLat, con apoyo de múltiples agencias nacionales e internacionales financiadoras de investigación, está dando ya sus primeros frutos. Además de las publicaciones científicas que el grupo ya está produciendo, cabe resaltar la perspectiva a largo plazo del grupo, que en consideración de las futuras necesidades en el área, estará lanzando el nuevo doctorado en salud cerebral que comenzara en el mes de Marzo del próximo año en la Universidad Adolfo Ibanez y cuyo objetivo es la generación y consolidación de recursos humanos capacitados en el área.
Publicada en La Tercera