Empinar la otra curva, también tarea común

14 de Abril 2020 Columnas

Hoy urge aplanar la curva de contagios de Covid 19 para evitar un colapso sanitario. Esto implica un esfuerzo colectivo complementario a las acciones del gobierno. Quizás es momento de aplicar la misma lógica para empinar la curva de la actividad económica.

La pandemia tendrá duros efectos sobre la economía nacional e internacional. Las cifras de desempleo y producción son inquietantes. La historia y la teoría económica sugieren que empinar la curva de la actividad económica puede evitar que este shock transitorio genere un colapso generalizado. Tal evento, impondría durísimas condiciones de vida a la mayoría de la población e implicaría una lenta recuperación de la crisis.

Así, empinar la curva de la actividad económica es también una tarea urgente que requiere un esfuerzo colectivo análogo a las acciones para prevenir el contagio del virus. Independiente de las medidas tomadas por el gobierno, sería un error pensar que la sola acción estatal mitigará los efectos económicos de la crisis. Junto con las medidas paliativas en curso, es necesaria la generosidad y racionalidad de las instituciones financieras para amortiguar los efectos económicos de la pandemia sobre las familias. Por ejemplo, el sistema bancario privado puede hacer eco de la política monetaria del Banco Central y contribuir a evitar la quiebra de todo tipo de empresas. Facilitar una renegociación masiva de plazos e intereses para la sobre-endeudada sociedad chilena, sería también una muy bienvenida muestra de apoyo a todos los chilenos.

Esta coyuntura histórica ofrece la posibilidad de mostrar que cuando el bien común está en juego, no son tolerables oportunismos mezquinos ni cálculos cortoplacistas. Hoy todos los actores económicos están llamados a dar señales concretas y sólidas de apoyo a nuestro aparato productivo. No dejar caer al empresariado, desde PYMES a grandes corporaciones, ayudará a sostener la mayor cantidad posible de empleos. Pero también será indispensable hacer esfuerzos individuales y cotidianos como continuar el pago de algunos servicios (transporte escolar, ayuda doméstica, etc.); apoyar comprando a emprendedores y PYMES; seguir realizando donaciones; mantenerse al día con el pago de compromisos y sueldos…. Por pequeñas que parezcan estas acciones, en la medida que se generalicen, contribuyen directamente a empinar la curva.

El llamado es a ser solidarios para que cada uno esté mejor. Esto no necesariamente pretende ni aspira volver al mismo modelo productivo de pre-crisis, pero cualquiera sea el horizonte que seamos capaces de construir, tendrá una mejor base en una curva empinada. Quizás pocos recordamos lo que es una gran crisis económica -como la de 1982-, donde con excepción de una minoría toda la sociedad se ve perjudicada. Por lo mismo, hacer un esfuerzo colectivo para empinar la otra curva, ayuda a prevenir que nosotros mismos nos contagiemos.

Alejandro Montecinos, profesor Escuela de Negocios, Universidad Adolfo Ibáñez

Felipe Valdivieso, profesor Escuela de Psicología y director del Magíster de Comunicación Estratégica, Universidad Adolfo Ibáñez

Hoy urge aplanar la curva de contagios de Covid 19 para evitar un colapso sanitario. Esto implica un esfuerzo colectivo complementario a las acciones del gobierno. Quizás es momento de aplicar la misma lógica para empinar la curva de la actividad económica.

La pandemia tendrá duros efectos sobre la economía nacional e internacional. Las cifras de desempleo y producción son inquietantes. La historia y la teoría económica sugieren que empinar la curva de la actividad económica puede evitar que este shock transitorio genere un colapso generalizado. Tal evento, impondría durísimas condiciones de vida a la mayoría de la población e implicaría una lenta recuperación de la crisis.

Así, empinar la curva de la actividad económica es también una tarea urgente que requiere un esfuerzo colectivo análogo a las acciones para prevenir el contagio del virus. Independiente de las medidas tomadas por el gobierno, sería un error pensar que la sola acción estatal mitigará los efectos económicos de la crisis. Junto con las medidas paliativas en curso, es necesaria la generosidad y racionalidad de las instituciones financieras para amortiguar los efectos económicos de la pandemia sobre las familias. Por ejemplo, el sistema bancario privado puede hacer eco de la política monetaria del Banco Central y contribuir a evitar la quiebra de todo tipo de empresas. Facilitar una renegociación masiva de plazos e intereses para la sobre-endeudada sociedad chilena, sería también una muy bienvenida muestra de apoyo a todos los chilenos.

Esta coyuntura histórica ofrece la posibilidad de mostrar que cuando el bien común está en juego, no son tolerables oportunismos mezquinos ni cálculos cortoplacistas. Hoy todos los actores económicos están llamados a dar señales concretas y sólidas de apoyo a nuestro aparato productivo. No dejar caer al empresariado, desde PYMES a grandes corporaciones, ayudará a sostener la mayor cantidad posible de empleos. Pero también será indispensable hacer esfuerzos individuales y cotidianos como continuar el pago de algunos servicios (transporte escolar, ayuda doméstica, etc.); apoyar comprando a emprendedores y PYMES; seguir realizando donaciones; mantenerse al día con el pago de compromisos y sueldos…. Por pequeñas que parezcan estas acciones, en la medida que se generalicen, contribuyen directamente a empinar la curva.

El llamado es a ser solidarios para que cada uno esté mejor. Esto no necesariamente pretende ni aspira volver al mismo modelo productivo de pre-crisis, pero cualquiera sea el horizonte que seamos capaces de construir, tendrá una mejor base en una curva empinada. Quizás pocos recordamos lo que es una gran crisis económica -como la de 1982-, donde con excepción de una minoría toda la sociedad se ve perjudicada. Por lo mismo, hacer un esfuerzo colectivo para empinar la otra curva, ayuda a prevenir que nosotros mismos nos contagiemos.

Publicado por La Segunda.

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