- Doctor en Historia, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Chile, 2012.
- Magíster en Historia, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
- Licenciado en Humanidades, Ciencias de la Comunicación y Ciencias de la Educación, Universidad Adolfo Ibáñez.
- Periodista y Profesor, Universidad Adolfo Ibáñez.
El Tren de Boric
Gonzalo Serrano
Hay que reconocer que Gabriel Boric ha sido uno de los presidentes que más interés ha mostrado en mejorar la red de ferrocarriles, aunque por el momento solo se trata de buenas intenciones. Su última propuesta, anunciada en la ciudad de Limache, implica una inversión de U$1.320 millones de dólares que permitiría la conexión entre nuestra región y la capital a partir del 2030.
Revisando la ruta, esta se iniciaría en El Salto y no en el puerto de Valparaíso, para la frustración lógica del alcalde Jorge Sharp. Pasaría por Limache, La Calera, Llay Llay, Til Til, Batuco y terminaría en Quinta Normal. Un tren de cercanías, que cumple con conectar la zona interior con Viña del Mar y la capital.
Se desecha de esta forma el sueño de un tren rápido entre Valparaíso y Santiago, la conexión con San Antonio, el paso por el valle de Casablanca y la opción de que fuese útil tanto a los pasajeros como para el traslado de carga desde los puertos de Valparaíso y San Antonio. Esto ha generado la molestia de otros alcaldes y, sobre todo, del gobernador regional Rodrigo Mundaca.
Sin ser un experto en ferrocarriles, la nueva propuesta presenta, a mi juicio, dos problemas. La primera tiene que ver con los tiempos de traslado. Hoy, en el año 2023, un viaje en automóvil o en bus dura, en promedio, 90 minutos de puerta a puerta. En tanto, el tren de Boric promete demorarse lo mismo, pero en siete años más. Según esta lógica, por qué a alguien que no sea de Limache, La Calera o Til Til preferiría optar por este tren en vez de hacerlo en su propio auto o en un bus, cómodo y barato.
El segundo tiene que ver con la contaminación. El gran problema que tenemos en Chile es que toda la carga que sale y entra a los puertos se transporta a través de camiones que son una fuente permanente de emisiones tóxicas. Un tren de carga y pasajeros puede abaratar los costos y disminuir de forma significativa la huella de carbono. Asimismo, sin tantos camiones, se despeja la ruta, haciéndola más segura y rápida.
El proyecto puede solucionar los problemas de conectividad en la zona interior, no obstante, no satisface la demanda de la gente de Valparaíso, Viña del Mar, Quilpué y Villa Alemana. Desde mi punto de vista, incluso hace 20 años, esta propuesta resulta anticuada y da la sensación de que, para la fecha en que está proyectado, ya estará obsoleto y terminará siendo casi un tren turístico. Una buena excusa para recorrer la zona interior el fin de semana, leyendo un libro y comiéndose, en el 2030, un NOT-Huevo duro en el viaje y recordando la canción del Monteaguilino.
No quiero ser amargado y reclamar por cada propuesta. Es más, tenía la esperanza de que esto iba a marcar el gobierno de Boric, pero, tal como fue presentado, resulta mediocre, tan pobre que quizás, en una de esas, se concrete. La verdad es que llevamos décadas escuchando proyectos galácticos que solo han quedado en anuncios y recreaciones virtuales.
Lo que estamos pidiendo no es un gustito ni un sueño romántico. Si queremos evitar la fuga de talentos de la región, debemos generar las condiciones para que el viaje sea más expedito. En esta línea, los habitantes de la región de Valparaíso quieren que el gobierno tome en serio a necesidad de solucionar de forma urgente los problemas de conectividad que existen entre Valparaíso y Santiago.
En esta línea, vale la pena recordar que el pasado 3 de enero cuatro personas fallecieron en la ruta 68, a la altura del kilómetro 16, por culpa de una autopista que, en ciertos tramos, colapsa en las horas punta. Si algo similar no ha sucedido en la entrada a Viña del Mar a través de Las Palmas debe ser gracias a la Virgen de Lo Vásquez, porque no se me ocurre otra entrada más peligrosa.
Finalmente, se agradecen las buenas intenciones de parte del presidente y de los ministros, pero antes de pensar en un proyecto tan pobre como el presentado el martes pasado, resulta más lógico olvidarnos por un tiempo del tren entre Valparaíso y Santiago y concentrarnos en arreglar, de forma urgente, la ruta 68.
Publicada en El Mercurio de Valparaíso.