El puerto de Valparaíso, la puerta de Chile

2 de Agosto 2022 Columnas

Cuando se construyó el edificio del Servicio Nacional de Aduanas, con su emblemática torre, frente al muelle Prat, y al poco tiempo, se levantó la torre de Ferrocarriles en la estación Puerto, daba la impresión de que ambas edificaciones representaban una verdadera puerta de entrada al país. Y efectivamente para el tiempo en que se terminaron ambas edificaciones, efectivamente Valparaíso era la principal conexión entre Chile y el mundo y, por tanto, la mayoría de los inmigrantes llegaron a través de esta ciudad puerto.

El puerto de Valparaíso, desde los tiempos coloniales era la principal entrada y salida del país, puesto que su cercanía con Santiago hacía que esta bahía fuese el lugar de circulación de personas que entraban y salían de la gobernación, ya fuese rumbo al Callao o hacia la península ibérica.

Durante el primer siglo de vida republicana, dicha figura se intensificó en cuanto a que la ciudad puerto, ahora, un emporio comercial emergente y próspero, se transformó en la primera cara visible del país para casi todos lo que arribaban al país en busca de mejores oportunidades o desafíos.

Con la apertura del Canal de Panamá, a diferencia de lo que muchos creen, fue una gran oportunidad para el transporte de pasajeros, puesto que se acortó considerablemente la distancia de Valparaíso con los puertos de la costa este de los Estados Unidos y también con los de Europa. Incluso, no solo se benefició el transporte de pasajeros, sino que posibilitó el surgimiento de nuevos negocios como la exportación de fruta a los mercados ya referidos.

Precisamente cuando se construyeron los edificios del Servicio Nacional de Aduanas en 1936 y de la estación Puerto en 1937, se seguía considerando a Valparaíso, y específicamente aquel muelle Prat, en la puerta de Chile, y en realidad lo siguió siendo por las siguientes dos décadas.

Sin embargo, el auge de la navegación aérea significó que el aeródromo Los Cerrillos en Santiago, comenzara a crecer en importancia en la década de 1950, y cuando se inauguró el aeropuerto Pudahuel en 1967, Santiago se transformó en la nueva puerta del país. Y si bien el transporte de pasajeros por Valparaíso se mantuvo por algún tiempo, finalmente terminó por desaparecer a principios de la década de 1980, cuando los buques “Santa”, pertenecientes a la naviera Grace Line, aunque últimamente operados por Delta Line, dejaron de incursionar en el Pacífico Sur con sus servicios regular de carga y pasajeros.

En los tiempos actuales, la industria de cruceros ha significado una nueva oportunidad para Valparaíso, con la posibilidad real de transformarse nuevamente en la puerta del país, aunque ahora desde otra perspectiva.

Desde hace tres décadas, comenzó a crecer el arribo de naves de pasajeros, a tal punto que hacia el 2017 el panorama se veía muy próspero. Pero lamentablemente una huelga golpeó fuertemente al puerto y la mayoría de las líneas que operaban en Valparaíso decidieron migrar a San Antonio.

Tras este duro golpe vino otro mayor, la pandemia, y el efecto fue desastroso para toda la industria de cruceros a nivel global. Ahora, en el verano pasado ya se visualizaba una pequeña recuperación en Valparaíso lo que se confirmó hace pocos días cuando se anunció el arribo de 33 naves para la temporada 2022-2023, número que abre muchas ilusiones en recuperar a la ciudad puerto patrimonial como puerta turística de Chile. Ojalá que las autoridades y el mundo privado aprovechen y cuiden esta nueva oportunidad.

 Publicada en Revista Tell.

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