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El desafío de la Convención

"La legitimidad democrática de la Convención podrá condenar la actual Constitución al pasado, pero en modo alguno asegura una Constitución legítima".
Rodrigo Correa

Rodrigo Correa


Doctor en Derecho
  • J.S.D, Yale University, United States, 2008.
  • Magíster en Derecho, Yale University.
  • Licenciado en ciencias jurídicas y sociales, Universidad de Chile.

El profesor Rodrigo Correa ha centrado su interés principalmente en problemas de teoría del derecho, de derecho internacional público, de derecho constitucional y arbitraje internacional. Siempre se ha interesado en la jurisprudencia, según dan cuenta publicaciones como "Sentencia de la Corte Suprema en el r...

A partir del domingo, la Convención Constitucional tiene nueve meses, extensibles a un total de 12, para redactar un proyecto de Constitución que será propuesto al país. La Convención responde a la extendida convicción de que los problemas de la actual Constitución se debían a su origen, de manera que ellos solo podrían superarse con una Constitución con un origen genuinamente democrático.

Aún si se concede la premisa, de ella no se sigue la conclusión. La legitimidad democrática de la Convención podrá condenar la actual Constitución al pasado, pero en modo alguno asegura una Constitución legítima. La legitimidad de la Constitución depende menos de su origen que de su capacidad para constituir un buen sistema político. El desafío de los convencionales es ese: en un plazo acotado, y a partir de miradas muy diversas, deben identificar los problemas constitucionales del país y proponer reglas que ayuden a su solución. Para vencer este desafío, cada convencional deberá renunciar a la idea de que la legitimidad de su elección justifica su particular punto de vista. Solo así habrá alguna posibilidad de éxito.

​Publicado en La Tercera

   

El desafío de la Convención

"La legitimidad democrática de la Convención podrá condenar la actual Constitución al pasado, pero en modo alguno asegura una Constitución legítima".

A partir del domingo, la Convención Constitucional tiene nueve meses, extensibles a un total de 12, para redactar un proyecto de Constitución que será propuesto al país. La Convención responde a la extendida convicción de que los problemas de la actual Constitución se debían a su origen, de manera que ellos solo podrían superarse con una Constitución con un origen genuinamente democrático.

Aún si se concede la premisa, de ella no se sigue la conclusión. La legitimidad democrática de la Convención podrá condenar la actual Constitución al pasado, pero en modo alguno asegura una Constitución legítima. La legitimidad de la Constitución depende menos de su origen que de su capacidad para constituir un buen sistema político. El desafío de los convencionales es ese: en un plazo acotado, y a partir de miradas muy diversas, deben identificar los problemas constitucionales del país y proponer reglas que ayuden a su solución. Para vencer este desafío, cada convencional deberá renunciar a la idea de que la legitimidad de su elección justifica su particular punto de vista. Solo así habrá alguna posibilidad de éxito.

​Publicado en La Tercera