El Beppe Grillo chileno

9 de Enero 2017 Columnas Noticias

Beppe Grillo se hizo famoso en Italia como comediante en la década de los setenta. Estuvo hasta los noventa en televisión. Luego comenzó a involucrarse cada vez más activamente en política. Volcó sus ideas a la web, donde construyó una efectiva plataforma de comunicación con sus seguidores. En 2010 fundó el movimiento “Cinco Estrellas”, que a la fecha acumula varias victorias electorales menores. La última, sin embargo, no fue menor: “Cinco Estrellas” fue uno de los artífices del rechazo al referéndum propuesto por Matteo Renzi, que dejó su cargo de primer ministro tras la dolorosa derrota. Muy comediante será Beppe Grillo, pero es cosa seria. Varios se preguntan si acaso podría convertirse en el nuevo mandamás italiano.

El paralelo con Nicolás Larraín es irresistible. El comediante y comunicador chileno ha anunciado su intención de competir en las próximas presidenciales. Ante el escepticismo del mundo político Larraín ha dicho que lo suyo no es broma. Acaba de firmar por un partido en formación que lleva por nombre “Todos”. La idea de “Todos” es agrupar a personas de distintas sensibilidades ideológicas que requieran de una base instrumental para competir, en la medida que adhieran a ciertos principios fundamentales. Han dicho que las puertas están abiertas para otros interesados, con miras a realizar una primaria interna para escoger al candidato único del protopartido.

Beppe Grillo ha sido descrito como un caudillo típicamente populista. Su discurso se ha centrado en vapulear a los políticos tradicionales. ¿Representa Nicolás Larraín lo mismo? No necesariamente.

Aunque es innegable que su proyecto es personalista -rozando el narcicismo- su narrativa preliminar se ha concentrado en temas de emprendimiento e innovación. Eso lo hace interesante en el paisaje actual: está de moda proclamarse candidato del descontento social antes que promover una agenda que busca sacarle trote a las capacidades productivas del país. En otros temas, sin embargo, no se le conoce propuesta. A falta de definiciones doctrinarias duras, lo que hace “Todos” es justamente abrir sus puertas digitales para la creación de contenidos colectivos.

Esa puede ser una similitud final con el caso de Beppe Grillo. El comediante italiano nunca ha sido muy explícito en su oferta programática porque cree que el modelo decisorio debe mutar radicalmente hacia una democracia directa a través de internet. Es un creyente casi religioso en las posibilidades de una utopía tecnológica. Nicolás Larraín no ha llegado tan lejos pero su insistencia en subir a Chile al “Jet del futuro” tiene un tono similar.

Nicolás Larraín no ha llegado tan lejos, pero su insistencia en subir a Chile al “Jet del futuro” tiene un tono similar.

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