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El aporte de las universidades a los centros históricos de las ciudades

En Francia, Italia o Alemania, y en general en Europa, las universidades no sólo ocupan espacios y edificaciones representativas en los centros históricos de las ciudades, sino además suelen estar desperdigadas en ellas.
Tomás Villarroel

Tomás Villarroel

Doctor en Historia Contemporánea
  • Doctor en Historia Contemporánea, Julius-Maximilians-Universität Würzburg, Alemania, 2014.
  • Magíster en Historia, mención Historia Europea, Universidad de Chile.

Sus áreas de investigación y de especialización son Historia Contemporánea Europea y Alemana, Historia de la Guerra Fría, Historia de las Relaciones Internacionales, Historia Contemporánea de Chile.

Imparte cursos en pregrado de Historia Contemporánea de Chile, Historia Universal y Core: Civilización Con...

Un claustro universitario puede sonar a aquello que está en las antípodas del ruido y del tráfago del centro de una ciudad. En efecto, salvo los recreos cuando los patios se inundan de actividad con estudiantes deambulando por todos sus rincones, la vida en los edificios de la universidad es más bien de reclusión y silencio. Así es como ha funcionado esta gran máquina de formación de estudiantes y de generación de conocimiento desde su inicio en la Europa medieval. Con todo, una institución universitaria no es sinónimo de aislamiento y de desconexión con el entorno. Por el contrario, en los últimos años se le asigna cada vez más importancia a aquello que se denomina “vinculación con el medio”. Esto quiere decir que se releva el aporte que hacen a las ciudades, regiones y, en general, a la sociedad civil en la que se encuentran insertas. En un sentido amplio, lo anterior no sólo se debiera medir en términos de conferencias y conversatorios abiertos para la comunidad local y colegios, sino que también en términos del aporte que realizan las universidades en la conservación y puesta en valor de los centros histórico-patrimoniales de las ciudades en las que se emplazan.

Así en Francia, Italia o Alemania, y en general en Europa, las universidades no sólo ocupan espacios y edificaciones representativas en los centros históricos de las ciudades, sino además suelen estar desperdigadas en ellas. En el caso de Chile, el llamado a una presencia equivalente de las universidades en los centros históricos o barrios patrimoniales de las ciudades es tanto más urgente considerando el preocupante grado de deterioro urbano que se registra en ellas desde hace algunos años. Esto es especialmente válido para Santiago Centro, pero también para Viña y Valparaíso. En la región de Valparaíso Costa hay algunas universidades que se han hecho cargo del desafío y que han impulsado proyectos que van en esta dirección.

Tomando en consideración la grave decadencia urbana de Valparaíso, especialmente en El Almendral y el Barrio Puerto, es interesante observar lo que pasa en la ciudad patrimonial. Ahí la Universidad Técnica Federico Santa María adquirió, recuperó y puso en valor la exBolsa de Comercio como centro de extensión cultural y científica, imponente edificio había quedado vacante y expuesto a la vandalización después del cierre de la Bolsa porteña. Este panorama contrasta con el Colegio de los Sagrados Corazones de Valparaíso, comprado hace años por la Universidad de Playa Ancha, pero donde aún no se registran trabajos de puesta en valor del edificio.

En Viña del Mar, en tanto, destaca la notable iniciativa de la Universidad Católica de Valparaíso de comprar la Casa Italia, edificio incendiado y devenido en los últimos años en una triste ruina. Cabe esperar que los trabajos de recuperación se inicien pronto y que el Monumento Nacional, ahora como centro de extensión cultural, vuelva a brillar como antaño.  Auspicioso es asimismo el panorama que se abre con la opción de compra que ha negociado la Universidad de Valparaíso de la exFábrica Costa en un imponente y desconocido conjunto industrial y residencial en el El Almendral. La posibilidad de que la Rectoría de la UV se instale en esta planta industrial le daría un realce adicional a uno de los pocos barrios, fuera del eje Alegre-Concepción, que ha logrado mantenerse indemne del deterioro general de Valparaíso.

Publicada en El Mercurio de Valparaíso.