Dirigir el futuro de la empresa familiar

13 de Abril 2017 Columnas Noticias

Las empresas familiares son la base del entramado económico en la mayor parte de los países del mundo. Chile no escapa a esa realidad, dependiendo de las estimaciones, sabemos que entre un 60% y un 80% de las empresas chilenas son familiares. Sin embargo, es escaza la formación existente en como dirigir este tipo de empresas, en especial en aquellos elementos que distinguen a la empresa familia del resto de las empresas. En los últimos años, la atención del mundo académico se ha centrado en tratar de explicar aquello que hace diferente a la empresa familiar de la no familiar. De esta forma se ha llegado a la conclusión que en la empresa familiar confluyen dos aspiraciones, unas que están ligadas a lo económico y otras que están asociadas a la familia. Entender esto es fundamental para dirigir a la empresa familiar, ya que el solo hecho de ser rentable no es suficiente, se hace fundamental que el éxito económico esté ligado al éxito y crecimiento de la familia empresaria. Es así que las familias que tienen alto potencial transgeneracional, o sea aquellas que trascienden varias generaciones, mantienen un claro balance entre estas metas. ¿Qué implica esto en la práctica? Implica que, para asegurar el éxito a través de las generaciones, se deben entender los valores y aspiraciones de la familia propietaria. Estas aspiraciones generalmente están asociadas al bienestar de la familia, así como también muchas veces al entorno geográfico donde se encuentra la empresa de la familia, o a las causas que son importantes para la familia. Lamentablemente, la mayoría de las veces la familia no se toma el tiempo de aclarar estas aspiraciones, y anhelos, centrando su foco mayormente en los aspectos económicos. ¿Cuándo surge la necesidad de atender estos temas? Uno de los grandes hitos de la empresa familiar, sino el mayor, es el momento de la sucesión. Abordar un proceso de sucesión sin haber comprendido y trabajado estos temas es altamente riesgoso. La buena noticia es que existen mecanismos y herramientas que permiten gestionar de mejor manera el proceso transgeneracional, dentro de ellos podemos mencionar el Plan de Sucesión, el Protocolo Familiar, y los Mecanismos de Gobierno Familiar y Corporativo. La mala noticia es que en Chile aún tenemos mucho camino por recorrer. A modo de ejemplo, algunos estudios nos muestran que aproximadamente un 15% de las familias empresarias tiene un Protocolo Familiar, y que poco más de un 17% ha trabajado, con mayor o menor detalle un Plan de Sucesión. ¿Cuáles pueden ser las consecuencias de esto? La primera gran consecuencia es la improvisación, la cual se refleja en decisiones que no funcionan, o bien para el negocio o bien para la familia. De esta forma, se provoca un deterioro tanto en uno como en otra, ya que en el negocio se pueden tomar demasiadas decisiones con foco en la familia sin tomar en cuentan en ámbito económico, o demasiadas decisiones con foco en lo económico sin tomar en cuenta las dimensiones de la familia. Cualquier escenario es muy nocivo para el futuro de la empresa familiar, y del potencial de la familia para convertirse en una familia empresaria con varias generaciones de éxito, tanto empresarial como familiar.

Contenido relacionado

Redes Sociales

Instagram