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¿Chile necesita filantropía?

La filantropía que Chile necesita debe ser reflejo y complemento de un continuo de prácticas empresariales con fuerte compromiso social, además de transparente y promotora del pluralismo que hemos visto en las diversas demandas y adherentes al movimi...
Magdalena Aninat

Magdalena Aninat

Periodista y Licenciada en Comunicación Social, UC
Fundadora y Presidenta del Consejo Asesor del Centro de Filantropía e Inversiones Sociales, CEFIS

Directora del Centro de Empresa y Sociedad de la Escuela de Negocios de la UAI, un nuevo espacio orientado a contribuir a la transición sostenible de las empresas, en temáticas de inversiones sostenibles, transición climática, vinculación con stakeholders y futuro del trabajo.

Tiene una amplia trayectoria en la vinculación del conocimiento académico con el medio. En 2015 fundó el Centro de Filantropía e Inversiones Sociales CEFIS de la Universidad Adolfo Ibáñez, que lideró durante ocho ...

En estos días de movilizaciones de la ciudadanía clamando por un profundo cambio social, se ha generado un valioso debate donde también se ha discutido el rol del mundo privado en disminuir la inequidad. En “El Mercurio”, diversos líderes empresariales comentaron medidas concretas: aumentar el salario mínimo en las empresas, reducir la diferencia entre salarios máximos y mínimos, mejorar el trato, etcétera. Se ha debatido si debieran los empresarios hacer más filantropía, como propuso el presidente de la Sofofa, y muchos han planteado que la solución hoy no radica en aportes voluntarios.

Coincido en que una filantropía paliativa, aplacadora de conciencia o de imagen (“whitewash”), que reemplace los cambios profundos y compromisos reales de parte del sector empresarial y sus dueños, no es lo que necesita Chile. Sin embargo, la ausencia de filantropía solo empodera a dos sectores: el Gobierno y Parlamento de turno como generador de políticas públicas, y al sector empresarial como generador de bienes y servicios, empobreciendo el rol de la sociedad civil. De estos tres actores, son justamente las organizaciones de la sociedad civil las que han permanecido más en conexión con las necesidades de los más desfavorecidos. Conocen su realidad y, mejor aún, son capaces de proponer cambios y mejoras efectivas. Una sociedad civil dependiente de fondos públicos ve amenazada su necesaria autonomía para mostrar la ineficiencia del gobierno y proponer soluciones nuevas a problemas complejos.

La filantropía que Chile necesita debe ser reflejo y complemento de un continuo de prácticas empresariales con fuerte compromiso social, además de transparente y promotora del pluralismo que hemos visto en las diversas demandas y adherentes al movimiento social. Solo aportará al cambio en la medida en que aporte el capital para la innovación y la mirada de largo plazo que ni el gobierno ni las empresas pueden proveer.

Publicado en El Mercurio.