Búsqueda de sentido en los lugares de trabajo

7 de Enero 2020 Columnas

Aún se practica en nuestras organizaciones la antigua regla cultural de que los asuntos personales queden fuera de la oficina y que los problemas laborales no entren en nuestras casas ni afecten a nuestro entorno familiar. Sería ideal poder responder de esa manera, y más aún, sería deseable si lo que requieren de cada uno de nosotros es eficiencia y obediencia; sin embargo como seres integrales que somos no podemos separar a voluntad un aspecto del otro. Y menos aún anular a discreción los otros aspectos, que también forman parte de nuestra totalidad. Por lo tanto cualquier intento de división nos pasa la cuenta, con la consecuente pérdida de sentido personal.

En todos los espacios en los que actuamos (trabajo, casa o gimnasio), lo hacemos de manera global; esto es integrando todo lo que llevamos permanentemente con nosotros, en una especie de “mochila”. En ésta se encuentra el deseo de laborar, de ser auto eficaz, de ser contributivo (a) (aspecto productivo), de tener cálidos, igualitarios y honestos vínculos (aspectos afectivos), de aprender y desarrollarse (aspecto del potencial), de pertenecer y ser reconocido (aspectos sociales), de tener momentos de ocio (aspecto lúdico y de esparcimiento), de aceptar y cultivar una esencia inmaterial propia (aspecto espiritual), de estar sano (a) y activo (a) (aspecto corporal), de estar involucrado (a) y comprometido (a) en o con algo (aspecto motivacional), de disfrutar de (con) las cosas, situaciones y personas, y de sentirse en armonía y seguridad personal (aspecto de bienestar).

Lamentablemente en nuestras empresas chilenas aún se tiende a buscar una división. O bien, a exagerar el foco sólo en uno de estos aspectos. Esto, porque se considera que los demás aspectos no aportan al negocio y a los objetivos estratégicos de la empresa. Sin ir más allá, se manifiesta, soterradamente y a veces explícitamente, que para ser eficientes y exitosos, todo lo demás no importa.

Muestra de ello es otorgar énfasis a los resultados de desempeño atribuibles al individuo (Hidalgo, 2007), minando con ello los aspectos sociales y espirituales. Las relaciones tradicionales entre personas y organizaciones se hayan basadas en el paternalismo, la existencia de una jerarquía respetada y el conformismo (Didier, 2017), minando con ello el deseo de horizontalidad y de desarrollo. Por otra parte, la dificultad para delegar, descentralizar y entregar poder para tomar decisiones sería una causa parcial de comportamientos laborales conformistas, obedientes y disciplinados (Pérez, 2008), minando con ello los aspectos motivacionales, espirituales, entre otros. Se requiere, entonces, un lugar que logre salvaguardar lo “humano” en un contexto productivo, esto es devolverles a las personas su integridad e integración personal, social, laboral y espiritual. Lo anterior generaría condiciones laborales responsables con sus integrantes y sobretodo con las vidas de éstos.

Publicada en RH Management.

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