Avenida España

5 de Octubre 2017

Con una mezcla de tristeza e indignación, nos hemos enterado de que los arreglos a la avenida España se reducirán a un simple recarpeteo. En nada quedaron las promesas de hace algunos años que incluían un túnel a la altura de la Caleta Portales. En forma paralela a estas desilusionantes noticias, se suma el estancamiento de la licitación del Transporte Metropolitano de Valparaíso (TMV), como si se tratara de temas completamente distintos.

Otra vez, la región vuelve a adolecer de una mirada general que considere al Gran Valparaíso como un todo y no sólo a las dos ciudades que, en teoría, conecta la avenida España. Pareciera no existir conciencia de que se trata de una arteria clave que afecta a los habitantes que van desde Olmué hasta los vecinos de Concón.

Estamos hablando de la tercera vía más transitada del país, luego de la Alameda en la capital y la autopista que une Concepción y Talcahuano. Se trata de una avenida que, según estimaciones, deberá contener el tráfico de una población cercana al millón de habitantes el 2020.

Hace poco más de un siglo, los intereses del ferrocarril atrasaron la posibilidad de unir Valparaíso y Viña del Mar por intermedio de un camino plano. La conexión entre ambas ciudades se hacía a través de los cerros hasta que el intendente Fernández Blanco impulsó su creación en 1906.

La llegada del automóvil hacía necesaria la existencia de una ruta que estuviese a la altura de los nuevos medios de transporte. Ya no bastaba con el tren. Recojo dos frases del discurso del intendente el día de inauguración y que fueron registradas por El Mercurio: “Ambos pueblos (refiriéndose a Viña del Mar y Valparaíso) por su importancia indiscutible -bajo cualquier aspecto que se les considere- así sea comercial o simplemente social- como también las poblaciones intermedias, tienen derecho a exijir una fácil vía de comunicación”. Asimismo, destacó Fernández Blanco: “Mui especial agradecimiento debo también a S.E. el Presidente de la República, cuya voluntad decidida, enérjica, se hizo sentir en más de una vez en medio de las numerosas dificultades de todo jénero que hubo que vencer en el transcurso de dos años”.

Los problemas generados por un camino de tierra, especialmente en época invernal, impulsaron la necesidad de pavimentar la avenida, cuestión que se concretó en 1922. Entre las principales novedades de esta vía se encontraba el sistema de alumbrado público y la implementación de un peaje para financiar la obra. La empresa Gibbs & Co. aprovechaba la ocasión para publicitar sus autos Ford: “De su oficina en Valparaíso a su casa en Viña del Mar, Ud. tardará 10 minutos por todo”.

Hacia 1966, como destacaba El Mercurio de Valparaíso, surgió la opción de elevar el camino: “Un segundo piso para la Avenida España”, siguiendo el ejemplo de la vía de Génova. El intendente advertía: “La vía elevada necesita el apoyo y la comprensión de todos los porteños. Si esto se logra (…) daremos un importante paso hacia delante en la solución de nuestros antiguos problemas”.

La última gran modificación se realizó en 1985 y, desde esa fecha, la avenida España ha visto cómo el mercado automotriz ha crecido de manera exponencial, sin que se hagan arreglos acordes a las nuevas necesidades.

¿De verdad, en una región que ostenta ser una capital universitaria, a las máximas autoridades no se les ocurre algo más inteligente que gastar 5 mil millones de pesos en un recarpeteo que va a durar menos de un lustro? ¿Por qué no se ha hecho un concurso o un comité que pueda aportar una solución distinta?

En época de campaña, la avenida España debe transformarse en un símbolo, una bandera de lucha frente a un centralismo insostenible. Los habitantes del Gran Valparaíso no queremos soluciones de parche, en el sentido literal de la palabra. Queremos una avenida que no sólo arregle los problemas de conectividad de las personas, sino que se transforme en un símbolo de progreso. Una obra que considere a todas las ciudades implicadas, a los buses, el metro, tranvía y a los particulares de forma integral.

Un sistema de transporte moderno que atraviese la avenida España mejoraría significativamente la vida de las personas y la sustentabilidad de Valparaíso. Por un proyecto de este tipo estamos dispuestos a asumir el costo de su construcción, como lo manifestaba el intendente en 1966, pero no por un recarpeteo que no hace más que postergar el problema unos años.

Publicado en El Mercurio de Valparaíso.

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