América y la pandemia: test positivo

21 de Junio 2020 Columnas

A inicios de este año, comenzamos a percibir cómo la expansión del virus de Oriente hacia Occidente tiraba por la borda años de trabajo a favor de la unión de los países de Europa. El acuerdo de Schengen de 1985, puesto en marcha desde 1995, que eliminaba los controles fronterizos y transformaba gran parte del continente en una zona común, se convirtió en una amenaza para la seguridad sanitaria de los países y el acuerdo tuvo que ser congelado. Aunque los europeos han comenzado a reabrir sus fronteras desde inicios de junio, en el ambiente, queda la sensación de fragilidad frente a la crisis.

¿Qué ha ocurrido en América? La situación es similar a la de Europa. Si hay algo que nos ha demostrado esta pandemia, en términos de relaciones internacionales, es que la cooperación pareciera ser útil solo en estados de bonanza y que, frente al caos, la política de cada uno de los gobiernos podría resumirse en un coloquial: “sálvese quién pueda”.

Asimismo, la evidencia recolectada hasta ahora muestra enormes diferencias respecto a las cifras. Esto último está condicionado por dos factores:por un lado, las distintas políticas sanitarias implementadas por cada uno de los gobernantes y, por otro, la falta de transparencia en los datos.

Si tomamos como referencia la información de la Johns Hopkins University (JHU), América lidera el ranking de casos de contagio confirmados: Estados Unidos, con más de dos millones, y Brasil, con un millón, en los dos primeros lugares; séptimo Perú con 240 mil y noveno Chile, con 225 mil. Respecto a las las muertes, Estados Unidos y Brasil repiten su posición en el podio (118 mil fallecidos y 46 mil, respectivamente), México aparece en el séptimo lugar con 19 mil muertos y entre los 20 primeros lugares: Perú, Ecuador y Chile. Nota aparte merece Canadá que, aunque con 100 mil casos confirmados, contabiliza 8.299 muertes.

Aunque los números, en términos comparativos, no son peores que los de Europa, sí lo son las políticas y discursos llevados a cabo. Desde Donald Trump hasta Bolsonaro, América pareciera, en ocasiones, superar el realismo mágico que hizo famoso Gabriel García Márquez.

En la crónica de esta pandemia, quedará registrada la marcha contra el coronavirus, titulada “Amor en tiempos de Covid-19”, convocada por Daniel Ortega en Nicaragua. Que Manuel López Obrador haya dicho a sus compatriotas mexicanos que “hay que abrazarse, no pasa nada”. Que Jair Bolsonaro se haya jactado de hacer una asado y un partido de fútbol. Mientras que Trump confesó tomar hidroxicloroquina como remedio, aunque no exista evidencia de que esto ayude. En Chile, en tanto, no lo hicimos nada mal con la “nueva normalidad”. Bolivia aportó el bonus truck en esta lista, con un ministro explicando el avance de la pandemia a través de figuritas de acción con Thanos ocupando el rol del Covid-19.

A los discursos insensatos, hay que sumar la falta de transparencia en las cifras. El ranking de incredibilidad lo lidera Venezuela con 3.386 casos y solo 28 muertos. Le sigue de cerca Paraguay con 1.308 casos y 13 muertes y, en el tercer lugar, Argentina con 35.552 casos y 913 muertes. Aunque Venezuela asegura liderar el número de testeos, la Organización Mundial de la Salud cuestiona la validez de esas pruebas y todo pareciera indicar que las cifras se van a disparar. En Argentina, en tanto, se reconoció que no tienen los recursos suficientes para hacer el número de testeos necesarios, eso explicaría que solo considerando la Región Metropolitana, los contagiados en Chile quintuplican la cantidad de casos testeados en Argentina, que tiene 44 millones de habitantes (183.553 vs 35.552). ¿Y Paraguay? Paraguay siempre es una incógnita frente a las cifras.

Finalmente, la pandemia ha dejado en evidencia en América la fragilidad de sus instituciones y la incapacidad para elaborar una estrategia común para poder enfrentar la crisis sanitaria. Ni la Organización de Estados Americanos, Mercosur, Unasur, Celac, Alba o Alianza del Pacífico han servido en estos momentos. Todo se ha derrumbado como un castillo de naipes, mientras la incertidumbre económica comienza a cernirse por este hemisferio como una sombra tristemente conocida.

Publicada en El Mercurio de Valparaíso.

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