Alemania y el control del Corona-Virus

4 de Junio 2020 Columnas

El año 2019 la Universidad John Hopkins publicó un Índice Sanitario en el que se clasificaba a los países según su capacidad de respuesta a una pandemia. Las posiciones 1 y 2 las ocuparon los Estados Unidos y Gran Bretaña, mientras que Alemania sólo ocupaba la regular posición 14. Los hechos, sin embargo, han mostrado otra realidad. Comparada con Europa y EEUU. -y también con Chile- se puede decir que Alemania enfrentó exitosamente la pandemia. La pregunta es ¿cómo lo logró? El punto es relevante toda vez que Alemania y Chile implementaron de manera paralela las medidas de confinamiento. Chile incluso cerró antes sus escuelas. Al cabo de dos meses los resultados no pueden ser más dispares. Alemania (con 82 millones de habitantes) exhibe cifras que ya se querría Chile (460 contagios y  27 muertes el 22 de mayo según la OMS, versus 4.276 nuevos infectados y 41 muertes en Chile). Esto ha permitido la apertura gradual del comercio y la economía, el reinicio de la Bundesliga, y en general la reactivación de la vida social.

En Alemania se han respetado -parece obvio- las opiniones de los expertos y epidemiólogos, y primó un criterio político de unidad. Tanto la coalición de gobierno (socialdemócratas y demócratacristianos) como los partidos de oposición cerraron filas en torno al desafío común y renunciaron a la pequeñez política. Con todo, y pese a las estrictas medidas sanitarias generales, se implementó un ataque específico de la pandemia de acuerdo a criterios locales (algo que también se ha hecho en Chile). Así en Bavaria -donde el virus se propagaba exponencialmente- se implementó la cuarentena total, mientras que en el resto de los estados federales no. Lo anterior fue acompañado por el estilo de gobierno pragmático y basado en consensos de Angela Merkel, que además permitió sortear las tensiones habituales entre los distintos estados federales. Otro elemento es el muy alto estándar de Alemania en el frente epidemiológico y de infraestructura hospitalaria. Por último, y si bien es prematuro afirmarlo de modo concluyente, parece que la tecnología también ayudó a la contención de la propagación. La Covid-app, desarrollada con el apoyo del estado, alerta de modo anónimo respecto del contacto con personas contagiadas. Con todo, y si bien es difícil probarlo, queda la sensación de que el aplanamiento y caída de la curva de contagios que sí logró Alemania y no logró Chile, se explican -culturalmente- porque en Alemania los ciudadanos siguieron meticulosamente las normas de confinamiento. En Chile, en cambio, la cantidad de detenidos por no respetar el toque de queda etc. es abrumadora. Así y todo, la pandemia actual nos confronta con un enigma independiente de la latitud: y es que, no tenemos el control de todo tal como presumíamos tener. Ese también es un desafío cognitivo.

Publicada en El Mercurio de Valparaíso.

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