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7,41% La minoría a la cual pertenecemos

Los seres humanos somos apenas una especie de entre más de 1 millón setecientos cincuenta mil especies que habitan este planeta, y somos apenas 1 tipo de mamíferos, entre más de 4 mil trescientas.
Claudio Araya

Claudio Araya

PhD en Investigación en Psicoterapia
  • Doctor en Investigación en Psicoterapia, Pontificia Universidad Católica de Chile en co-tutela con la Universidad de Chile, 2016.
  • Magíster en Psicología Clínica, Universidad Adolfo Ibáñez, 2006.
  • Psicólogo, Pontificia Universidad Católica de Chile, 2004.

Es docente de la Escuela de Psicología desde marzo de 2008 en cursos de pre y post grado. Además, forma parte del equipo de mindfulness relacional de la UAI, desarrolla talleres e investigación en la temát...

Vivir es un privilegio que a menudo damos por sentado, sin considerar su verdadera importancia. Nuestra existencia es efímera y frágil, y cada uno de nosotros, por el simple hecho de estar vivo, forma parte de una minoría en la vasta historia de la humanidad.

Consideremos el siguiente antecedente: a lo largo de los milenios en que los seres humanos hemos vivido, se estima que han existido alrededor de 108 mil millones de personas.

Esta cifra está basada en investigaciones y modelos demográficos que abarca desde los primeros humanos hace unos 200,000 años hasta la actualidad.

Sin embargo, hoy en día, sólo están vivos unos 8 mil millones de personas.

Esto significa que aproximadamente el 7.41% de todas las personas que han vivido están actualmente respirando, pensando, sintiendo y experimentando la vida.

8 mil millones de personas puede parecer un número elevado, sin embargo, habitualmente nos olvidamos que formar parte de este grupo es una condición especialmente poco probable, los seres humanos somos apenas una especie de entre más de 1 millón setecientos cincuenta mil especies que habitan este planeta, y somos apenas 1 tipo de mamíferos, entre más de 4 mil trescientas.

Para ponerlo en perspectiva considerando nuestra misma especie, pensemos en las innumerables cantidad de personas que ya no están vivas, entre ellas millones de personas anónimas, y también reyes y reinas, poderosas en su momento, estrellas de la música, deportistas de élite a quienes admiramos, líderes políticos y espirituales.

Seguro se nos vienen varias imágenes de mujeres y hombres a la mente.

A pesar de sus logros y fama, estas personas tienen una característica en común: ya no están vivas. No importa ya su poder, riqueza o fama, muchas de ellas probablemente darían lo que fueran por tener lo que tú tienes hoy, este momento de vida.

Nosotros, en cambio, tenemos la fortuna de pertenecer a esta curiosa minoría del 7.41% que aún puede disfrutar de la increíble experiencia de estar vivos.

La vida moderna, caracterizada por una aceleración constante y por un continuo hacer sin pausas, puede llevarnos a una percepción de que la propia vida se trivializa.

Vivimos una cultura donde predomina el entretenimiento, y junto con ello, se hace frecuente la evasión.

El individualismo, el consumismo, la competencia y el agotamiento, son expresiones de un mundo desencantado, donde la norma es vivir en “modo automático” con poca consciencia propia y de los demás, vivimos en “un modo hacer”, en detrimento de habitar la experiencia de darle espacio también al valorar la vida que tenemos, a vivir desde “un modo ser”.

Por todo lo anterior, parece necesario recordarnos que la vida, con todas sus complejidades y desafíos, es un regalo y está en nuestras manos aprovecharlo, tenemos la oportunidad de vivir con mayor presencia, propósito y gratitud, recordando que formamos parte de esta curiosa minoría, lo cual es, en sí mismo, un privilegio extraordinario.

Publicada en Está Pasando.

7,41% La minoría a la cual pertenecemos

Los seres humanos somos apenas una especie de entre más de 1 millón setecientos cincuenta mil especies que habitan este planeta, y somos apenas 1 tipo de mamíferos, entre más de 4 mil trescientas.

Vivir es un privilegio que a menudo damos por sentado, sin considerar su verdadera importancia. Nuestra existencia es efímera y frágil, y cada uno de nosotros, por el simple hecho de estar vivo, forma parte de una minoría en la vasta historia de la humanidad.

Consideremos el siguiente antecedente: a lo largo de los milenios en que los seres humanos hemos vivido, se estima que han existido alrededor de 108 mil millones de personas.

Esta cifra está basada en investigaciones y modelos demográficos que abarca desde los primeros humanos hace unos 200,000 años hasta la actualidad.

Sin embargo, hoy en día, sólo están vivos unos 8 mil millones de personas.

Esto significa que aproximadamente el 7.41% de todas las personas que han vivido están actualmente respirando, pensando, sintiendo y experimentando la vida.

8 mil millones de personas puede parecer un número elevado, sin embargo, habitualmente nos olvidamos que formar parte de este grupo es una condición especialmente poco probable, los seres humanos somos apenas una especie de entre más de 1 millón setecientos cincuenta mil especies que habitan este planeta, y somos apenas 1 tipo de mamíferos, entre más de 4 mil trescientas.

Para ponerlo en perspectiva considerando nuestra misma especie, pensemos en las innumerables cantidad de personas que ya no están vivas, entre ellas millones de personas anónimas, y también reyes y reinas, poderosas en su momento, estrellas de la música, deportistas de élite a quienes admiramos, líderes políticos y espirituales.

Seguro se nos vienen varias imágenes de mujeres y hombres a la mente.

A pesar de sus logros y fama, estas personas tienen una característica en común: ya no están vivas. No importa ya su poder, riqueza o fama, muchas de ellas probablemente darían lo que fueran por tener lo que tú tienes hoy, este momento de vida.

Nosotros, en cambio, tenemos la fortuna de pertenecer a esta curiosa minoría del 7.41% que aún puede disfrutar de la increíble experiencia de estar vivos.

La vida moderna, caracterizada por una aceleración constante y por un continuo hacer sin pausas, puede llevarnos a una percepción de que la propia vida se trivializa.

Vivimos una cultura donde predomina el entretenimiento, y junto con ello, se hace frecuente la evasión.

El individualismo, el consumismo, la competencia y el agotamiento, son expresiones de un mundo desencantado, donde la norma es vivir en “modo automático” con poca consciencia propia y de los demás, vivimos en “un modo hacer”, en detrimento de habitar la experiencia de darle espacio también al valorar la vida que tenemos, a vivir desde “un modo ser”.

Por todo lo anterior, parece necesario recordarnos que la vida, con todas sus complejidades y desafíos, es un regalo y está en nuestras manos aprovecharlo, tenemos la oportunidad de vivir con mayor presencia, propósito y gratitud, recordando que formamos parte de esta curiosa minoría, lo cual es, en sí mismo, un privilegio extraordinario.

Publicada en Está Pasando.