125 años de los vagabundos

13 de Agosto 2017 Columnas

Los aniversarios son instancias para festejar, recordar y reflexionar. Ya en otros años nos hemos referido a los orígenes de Santiago Wanderers y la particular decisión de un grupo de adolescentes por formar un equipo que compitiera contra los cuadros que habían organizado los británicos

Este nuevo cumpleaños permite centrarnos en un década clave de su historia, justo cuando se cumplía medio siglo y hubo que tomar la decisión de transformar al equipo amateur en uno profesional. La década en que Wanderers hizo honor a su nombre y fue un vagabundo en América.

El fútbol fue una de las tantas entretenciones traídas por los británicos para matar el tiempo y cultivar el cuerpo. Su simpleza, la práctica constante y la formación de equipos identificados con grupos e instituciones hicieron del fútbol el más atractivo de todos los deportes modernos. Siendo el mejoramiento de la raza un ideal de la época y el alcoholismo su principal amenaza, las autoridades vieron en su estimulación la fórmula para alcanzar el progreso.

El sportman se erigía como el prototipo para conseguirlo. Un ser integral, respetuoso de las reglas y del rival, un hombre que jugaba por sólo por el honor.

Este modelo duró un par de décadas. La popularización del fútbol estimuló la competencia. Aunque la actividad fue amateur hasta la década del cuarenta, en el papel, para muchos dejó de serlo bastante antes. Un “trabajo” que servía como fachada, incentivos encubiertos, regalos de distinto tipo empezaron a minar el amateurismo.

Santiago se adelantó cuando en 1933 creó el torneo profesional. En Valparaíso, en tanto, los fundadores de este deporte se resistían a aceptar el “lucro” en la actividad.

A inicios de los cuarenta, el sistema hizo crisis y un grupo de clubes de la provincia se unieron para formar la Asociación Porteña de Fútbol Profesional, reconocida por la Asociación Central. Aquí fue donde Wanderers obtuvo dos de los títulos profesionales que hoy buscan ser reconocidos.

La necesidad de obtener recursos para financiar clubes que tenían pocos hinchas, cuotas sociales bajas y una alta morosidad obligaba a los dirigentes a crear distintas fórmulas para sobrevivir.

La más común era la gira internacional. Bajo la promesa de premios por altas recaudaciones, equipos enteros se embarcaban por rutas desconocidas. Era una manera de atraer a los hinchas locales, medir el desarrollo de los equipos frente a escuadras extranjeras y romper la monotonía de jugar siempre con los mismos rivales.

La falta de información y la precaria comunicación favorecía la labor de los empresarios encargados de presentar a los equipos como los mejores del mundo y a la prensa, de seguir el mismo juego para asegurar un buen marco de público. Fue la época del periplo de Colo Colo realizado por América y Europa el año 1927 y en la que falleció David Arellano, luego de una desgraciada jugada en Valladolid.

Impulsado por la falta de recursos, el presidente de Wanderers, Guillermo Cárcamo, se sumó a esta moda y armó un equipo paralelo para recaudar fondos. Nadie en el extranjero iba a saber que no era el verdadero Wanderers.

El 5 de julio de 1940, salieron de Chile doce argentinos y tres chilenos. Se pasearon por Perú, Bolivia, Ecuador, Colombia, Venezuela y Panamá. Fue una gira de más de un año, y los jugadores, liderados por un dirigente, regresaron al país recién a fines de octubre de 1941, salvando incluso de un naufragio.

Las cifras publicadas en la prensa sobre este equipo son increíbles, en el sentido literal de la palabra. Revista Estadio aseguraba que fueron 70 triunfos. Aunque La Unión contabilizó 64 partidos, 47 victorias, 6 empates y 11 derrotas. Se cumplió la meta deportiva, pero no la económica. Al regreso, el equipo recibió al vicecampeón argentino, San Lorenzo de Almagro, con quien cayó por 1 a 2, siendo parte de Wanderers tan solo un chileno.

Tuvieron que pasar algunos años para que, luego de enormes disputas, un grupo de dirigentes tomara la decisión definitiva de sumarse al torneo de la Asociación Central y obtener más recursos de los que se podía conseguir jugando solo con equipos de la zona.

Ahí se inició otra historia, la de Wanderers enfrentado a los equipos de la capital y la lucha del puerto contra el centralismo, esta vez representada en el fútbol. Pero ese es otro capítulo más de una larga historia.

Contenido relacionado

Redes Sociales

Instagram