Si efectivamente nuestra sociedad logra concretizar la disminución de la carga laboral, esperemos que ese espacio de libertad nos haga efectivamente más dichosos y no terminemos cinco horas más sentados frente al televisor.
la “presidencialitis”, es una realidad ya instalada y tanto el gobierno como la oposición deberán lidiar con ella, pues los intentos por ralentizar los movimientos serán poco efectivos.