Andrés Toledo cumple 30 años como profesor de la Escuela de Negocios de la UAI

19 de Septiembre 2017 Noticias

Es difícil que Andrés Toledo salga por las calles de Viña del Mar, Santiago o incluso fuera del país, sin que un ex alumno de la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez se acerque a saludarlo: su larga trayectoria en la institución permite que sean generaciones completas las que recuerden sus clases y quieran transmitirle su afecto cuando se encuentran con él.

Tantos estudiantes han pasado por sus aulas que cuesta creer que su trayectoria como profesor haya comenzado “de puro picado” como el mismo relata, pero así fue, pues cuando ingresó como alumno a la carrera de Ingeniería Comercial de la Escuela de Negocios en el año 1979, nunca pensó que 8 años y medio más tarde sería parte del equipo de profesores full time de la Universidad. “Un par de mis compañeros de curso y de grupo de estudio habían sido seleccionados como ayudantes en “Introducción a la Computación”. Y la pregunta que me hice: ¿Por qué yo no? Sentía que tenía todos los méritos para poder ser ayudante en esa asignatura. Hablé con el profesor y me dijo que para el segundo semestre me incorporaba a su equipo de ayudantes, y de ahí en adelante realicé varias ayudantías como ayudante instructor y corrector en Computación, Investigación de Operaciones, Estadísticas y Finanzas. Así empezaba a nacer mi vocación por la docencia.”

En agosto del 2017, el profesor y actual Director de la Escuela de Negocios del campus Viña del Mar, cumplió 30 años en la Universidad Adolfo Ibáñez. Se incorporó en 1987 como profesor en el área de métodos cuantitativos y finanzas. Pero ¿Cómo se gestó esta incorporación? “Al finalizar mis estudios de 5to. Año me fui a Estados Unidos a aprender inglés; y estando en Boston, una tía me ofreció financiar un MBA y antes de regresar a Chile me preparé y dejé enviada mis aplicaciones a un par de universidades. Opté por ingresar al MBA de Babson College, y en los meses que estuve en Chile antes de regresar a Estados Unidos, trabajé en Viña asesorando a un par de pequeñas empresas y en algunas actividades académicas relacionadas con la Escuela de Negocios. Me fui al MBA de Babson College y habiendo cursado prácticamente la mitad del programa, recibí sorpresivamente una llamada del Decano de la Escuela en ese entonces, don Gustavo Fonck.  Me dijo que estaba en Boston, en visita a algunos profesores de Harvard y que quería invitarme a cenar ese mismo día. Cambié rápidamente mis planes, tuvimos una muy buena cena y mejor aún, un completo acuerdo de palabra para que apenas terminara el MBA me incorporara como profesor full-time a la Escuela de Negocios.” Andrés recuerda que un importante gestor de su venida fue el profesor Luis “Kiko” Rojas. “Lamentablemente, en mayo de 1989 estábamos trabajando juntos en el proyecto UAI cuando Kiko fallece atropellado en un accidente en bicicleta en ruta 68. Una terrible pérdida para nuestra institución.”

Recordando los inicios

– Andrés, ¿Qué recuerdos tiene de 1987? ¿Cómo era la Escuela de Negocios en ese entonces?

En 1987 nuestra Escuela de Negocios Fundación Adolfo Ibáñez era una escuela pequeña, y constituíamos la Facultad de Administración y Economía de la USM; en Viña del Mar sólo teníamos el programa de ingeniería comercial con un total de aproximadamente 280 alumnos, y en Santiago, el Diploma de Postgrado en Administración DPA y el naciente Magister en Dirección de Empresas MDE. Si bien constituíamos la Facultad de Administración y Economía de la USM, teníamos autonomía para todas nuestras decisiones en temas académicos, administrativos y económicos. Nuestro Decano participaba en el Consejo Académico de la USM y nuestros alumnos en las diversas actividades estudiantiles como semana mechona, etc. A pesar de ser una Escuela pequeña, teníamos gran cercanía con el medio empresarial, a través de nuestros profesores, egresados y del CIADE, Centro de Investigación y Asesoría de Empresas: una Escuela innovadora e influyente, y más orientada al “teaching” que a la investigación,” dice, recordando también que el cuerpo docente estaba constituido aproximadamente por 15 profesores e investigadores full time, y que era una Escuela muy familiar, con una estrecha relación entre alumnos y profesores y con gran participación en las diferentes actividades que organizaba tanto la Escuela como su Centro de Alumnos.

En todos estos años, el profesor Toledo ha ocupado diferentes cargos, como Jefe de Docencia de Ingeniería Comercial, Director de la Escuela de Ingeniería Comercial, Director del MBA International Programme, Director de Ingeniería Comercial Viña y Director de Relaciones Internacionales de la Escuela de Negocios. En la actualidad, es Director del Magíster en Dirección Estratégica que se imparte en conjunto con la Armada de Chile, Director de la Escuela de Negocios del campus Viña del Mar y es miembro del Consejo Directivo de CLADEA (Consejo Latinoamericano de Escuelas de Administración).

– ¿Cómo ha cambiado el mundo desde entonces, la manera de hacer Negocios? A los jóvenes de ahora, por ejemplo, les cuesta imaginarse un mundo sin internet. ¿Qué beneficios tenía eso, o definitivamente ahora es más fácil ser emprendedor?

No sólo a los más jóvenes les cuesta hoy imaginarse un mundo sin internet, sino que también a los más adultos. Hoy internet es absolutamente imprescindible. Se cae el sistema o internet y todos quedamos prácticamente paralizados, sin saber que hacer. Es parte fundamental en el cómo nos relacionamos, o hacemos negocios o enseñamos o aprendemos. Sin lugar a dudas ha habido importantes cambios: principalmente avances tecnológicos en equipamientos, en software o aplicaciones, y en las comunicaciones. Estos han cambiado y facilitado definitivamente en el cómo acceder a la información o a los datos, en el cómo procesarlos, en el cómo usarlos y en el cómo nos relacionamos. A modo de ejemplo, estos cambios han forzado a que al emprender, la forma de hacer “negocios”, la forma y tiempos en que nos comunicamos y el proceso de enseñanza y aprendizaje en la sala de clase sean distintos.

– ¿Qué desafíos cree que tienen las nuevas generaciones de egresados de la Escuela de Negocios, en los tiempos que corren?

Los tiempos que corren y el mundo que enfrentamos es cada vez más global, integrado, dinámico, con constantes cambios y con grandes avances tecnológicos que provocan impactos en las diferentes organizaciones e instituciones. Esto requiere que a nuestros alumnos les entreguemos no sólo los conocimientos necesarios para ello sino que también desarrollemos en ellos las competencias, capacidades y habilidades necesarias para que puedan enfrentarlos; debemos desarrollar más la capacidad de análisis y de reflexión, la creatividad y la innovación, la capacidad para enfrentar, formular y resolver problemas, y la capacidad para pensar y cuestionar. Importantes también, el desarrollo de las habilidades de liderazgo para emprender iniciativas de negocios, manteniendo un comportamiento ético, y un compromiso y un sentido de responsabilidad social. No podemos dejar de lado la capacidad para trabajar en equipo y para comunicarse en forma efectiva. En otras palabras, el centro en el proceso de formación debe ir hacia estas características. Y aquí nuevamente vemos como la UAI ha sido pionera con la implementación de los cursos Core que van precisamente en esa dirección.

Pertenecer a la Universidad Adolfo Ibáñez

– Si tuviera que definir el sello de la Escuela de Negocios de alguna manera, ¿cómo sería?

El sello o carácter que distingue a nuestros egresados es su gran nivel de preparación y de conocimientos en el campo de la gestión de empresas y de la economía, combinando lo teórico con lo práctico, y orientados a la toma de decisiones con una perspectiva global. Son competentes y se distinguen también por su formación integral, por el espíritu emprendedor y por la capacidad para diseñar e implementar planes de negocios y estrategias que permitan crecer y agregar valor a sus organizaciones y empresas. Nuestros egresados están preparados para liderar y trabajar en equipos; motivamos y desarrollamos en ellos razonamiento analítico, reflexivo y creativo para una gestión innovadora, manteniendo un comportamiento ético, y un alto sentido de compromiso y de responsabilidad con las empresas y la sociedad.

– De los alumnos que han pasado por sus aulas, ¿recuerda a algunos que hayan destacado de manera especial?

Son muchísimos los alumnos que he tenido a lo largo de todos estos años en la Escuela, tanto en pregrado como en programas de postgrado y educación ejecutiva. Quiero destacar muy especialmente a aquellos alumnos de Pregrado que se identifican, que vibran y que se entregan por su Escuela, con un alto sentido de pertenencia, participación y de compromiso. Alumnos motivados, con la “camiseta” muy bien puesta y que se la juegan por su Escuela, representándonos en diversos torneos o competencias, participando en la Directiva del Centro de Alumnos, en Acción Social, en Admisión de nuestra UAI, en Trabajos de Invierno, en la organización de JONIC, en campañas solidarias, en Click, siendo ayudantes en diversas asignaturas, etc.

– ¿Qué piensa de la implementación del Core Currículum?

Excelente iniciativa la que estamos llevando adelante. Quiero destacar que desde sus inicios la Escuela de Negocios ha puesto énfasis no sólo en la formación profesional sino que también en una formación más integral de sus alumnos. Aproximadamente un 20% de las asignaturas de la malla curricular de ingeniería comercial han estado relacionadas con lo que a través de los años hemos denominado línea de humanidades, formación político social, etc. Hoy este conjunto de asignaturas son impartidas por la Facultad de Artes Liberales y son parte de las mallas curriculares de todos nuestros programas de licenciatura en Pregrado. El gran objetivo es desarrollar habilidades intelectuales más allá del conocimiento, potenciar la capacidad para la reflexión y la comprensión, el desarrollo del pensamiento crítico, el ser más creativo, y el aprender a cuestionarse buscando respuestas propias. Se trata de un necesario complemento al conocimiento, a la formación en negocios y a la especialidad con la cual nuestros alumnos pueden optar en su quinto año. La implementación del Core Currículum no es más que un nuevo ejemplo de lo pionera y visionaria que ha sido la UAI en la formación de sus alumnos a través de sus años.

– ¿Qué es lo mejor de pertenecer por tantos años a la Escuela de Negocios?

Pertenecer a la Escuela de Negocios de la UAI y ser parte de su cuerpo académico es un privilegio, es estar en mi casa, feliz, orgulloso y satisfecho, agradecido de Dios y del apoyo de mi familia, haciendo lo que más me apasiona: contribuyendo a formar nuevos ingenieros comerciales y profesionales, entregando los fundamentos para una eficiente gestión de negocios y potenciando en ellos el desarrollo de habilidades para liderar empresas y organizaciones; y ejerciendo además, en diversas posiciones directivas que permitan que nuestra Escuela de Negocios siga siendo pionera y un referente en negocios, y se ubique entre las mejores de América Latina.

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