Académicos de Psicología comentan la Ley de Etiquetado de Alimentos

23 de Junio 2016 Noticias

Según datos del Ministerio de Salud, en Chile muere una persona cada hora a causa del exceso de peso, la mitad de los niños y niñas lo padecen en primero básico y según datos de la OMS, el país lidera los índices de obesidad en América Latina.

Como respuesta ante éstas y otras alarmantes cifras, el próximo lunes 27 de junio entra en vigencia la llamada Ley de Etiquetado de Alimentos, que tiene como propósito proteger la salud de la población ante enfermedades derivadas de una mala alimentación a través del rotulado que advierte de alto nivel de azúcar, calorías, sodio y grasas saturadas en alimentos envasados; la prohibición de publicidad dirigida a menores de 14 años de alimentos altos en nutrientes relacionados con la obesidad y otras enfermedades y la mejora de oferta y disponibilidad de alimentos en establecimientos educacionales.

Efectividad de la norma

Los profesores de la Escuela de Psicología, Claudio Araya, experto en Mindfulness, y Claudia Cruzat y María Luisa Ugarte, ambas del Centro de Estudios de la Conducta Alimentaria, CECA, se refirieron a la efectividad de la ley, además de la relación que se debe desarrollar con la comida.

“Toda medida que esté orientada a informar a la población es bienvenida. Las políticas públicas destinadas a disminuir los elevados índices de obesidad en nuestro país son positivas, sin embargo, el etiquetado ha dejado de manifiesto la mala calidad de los alimentos, y nos encontramos con pasillos completos en los supermercados con productos altos en grasas, sodio y azúcar”, afirmaron desde el CECA.

Bajo esta línea, Claudio Araya hace énfasis en la importancia de complementar la información, “el etiquetado por sí solo no basta y hasta puede ser poco efectivo si no se complementa con una campaña de psico-educación respecto al bienestar alimenticio. ¿Qué implica comer saludablemente? ¿Cuánto comer? ¿Qué comer? ¿Cuáles son las diferencias individuales que hay que tener en cuenta? Estas y otras preguntas son importantes de compartir con la población”.

Respecto al cambio conductual que se espera, Cruzat y Ugarte comentan, “da la sensación que nada se puede comer, y por tanto, en personas acostumbradas a comer en exceso es posible que no se genere un cambio importante, al contrario, es probable que hagan caso omiso <<porque finalmente todo engorda>>”.

Alimentación consciente

Pese a que desde ahora habrá más información disponible sobre la composición de los alimentos, las académicas del CECA sostienen que eso no resuelve todo, “toda campaña debe ir acompañada de información pero la conducta de alimentarse está estrechamente asociada con aspectos emocionales y culturales. Expresamos cariño con un chocolate, intentamos apoyar cuando alguien está triste invitando a comer, nos reunimos en torno a la comida; por tanto, la conducta alimentaria siempre involucra otros elementos, es ahí donde surge la importancia de tener conciencia alimentaria.

Para el académico de la Escuela de Psicología, Claudio Araya, “comer conscientemente va más allá de consumir alimentos. Implica todo un proceso donde podemos estar conscientes de nuestras necesidades, las necesidades del entorno, y sobre todo prestar atención al proceso”.

Finalmente y relacionando la práctica de mindfulness como una ayuda para prestar atención al comer, el académico sostuvo: “la práctica orientada a la alimentación podría ayudar a observar el alimentarnos no como una actividad rutinaria, mecánica y en algunos casos complicada (ligada a restricciones, culpa o descontrol), sino como un ámbito relevante de la vida, donde podemos disfrutar, saborear sin culpa y con una natural moderación, comer conscientemente puede ser un espacio para detenernos y compartir. Saborear los alimentos estando presentes puede ser (y es) una delicia”.

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