Los abrojos son unas semillas pinchudas que se nos quedan pegadas por un tiempo en la ropa cuando atravesamos un campo. Análogamente, el libro Abrojo recoge una recopilación de experiencias y momentos que se han quedado pegadas y han acompañado al autor por un tiempo.

“Abrojos es un libro que desde una mirada contemplativa se acerca a la vida cotidiana, muchas veces las palabras se quedan cortas para expresar nuestro sentir y nuestras experiencias y ahí nos rescata la poesía”, indica Claudio Araya sobre su obra. Algunos de los temas que aparecen descritos son la vulnerabilidad, la partida de un ser querido, el aprecio ante estar vivos, el tiempo, la compasión y el amor, en sus múltiples formas.

En una conversación con el Director del Magíster en Mindfulness Relacional UAI, Roberto Arístegui y el director de Mago Editores, Max Saez, se desarrolló el lanzamiento del libro. Por su parte, Roberto indicó que “este libro me hace volver al instante, volver poéticamente. Transmite, además, qué significa vivir en la ambivalencia, en la apertura permanente”, y agradeció el espacio y al autor, compartir este camino a través de la obra.

Max Saez, director de la editorial del libro Abrojos, también trabajó anteriormente con el primer libro de Claudio: “El mejor avance es detenerse”, y en esta ocasión señaló que “la poesía se debe enseñar más, porque la poesía se siente”, agradeciendo también a Claudio por su aventura de escribir un libro de poesía en el contexto actual.

El autor, Claudio Araya, rescató la presencia de quienes asistieron y quienes ya no están, y que inspiraron más de una poesía del libro, “este libro está pensado en la palabra mestizo, tiene poesía y prosa, y finalmente es lo que tiene la vida, alegría, pena, es humano. Lo poético crea algo que no estaba antes, algo que hace sentido, que conecta con lo vivo”, comenta sobre su inspiración.

Agrega que el libro tiene un subtítulo: “poemas contemplativos”, y es que en sus palabras “lo que está escrito aquí nace desde una mirada que busca integrar la presencia plena y el tiempo, cosas grandes pero que nos acompañan en lo cotidiano”.